Consejo Superior de
Investigaciones Científicas
CSIC
Una investigación en la que participa el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado desvelar el misterio de
los efectos de la avena sobre los enfermos celíacos. Según sus
conclusiones, publicadas en la revista Gut, las diferentes variedades de avena pueden agruparse en tres grupos según su nivel de toxicidad: nula, media y alta.
La enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune que afecta
aproximadamente al 2% de la población española. Consiste en la
intolerancia al gluten, un compuesto protéico presente en cereales como
el centeno, el trigo y la cebada, y cuya única solución hasta el
momento es adoptar una dieta libre de gluten.
A la hora de determinar qué alimentos son perjudiciales para estos
enfermos, la avena nunca ha sido claramente catalogada como tóxica ya
que la literatura científica incluye estudios en los que los pacientes
toleran este cereal y otros en los que no, explica el investigador del
Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC que participa en el
trabajo, Francisco Barro. El investigador del CSIC explica: Hasta
ahora, los distintos resultados obtenidos por las diferentes
investigaciones se asociaban a una contaminación de gluten en la avena
provocada por otros cultivos.
El trabajo de Barro descarta esta teoría, puesto que han trabajado
con muestras de avena purificada donde se ha eliminado cualquier
posible contaminación. Los análisis confirman que sólo algunas
variedades de avena resultan tóxicas para los celíacos. Para alcanzar
esta conclusión, el equipo ha analizado la reactividad de nueve
variedades de avena con el anticuerpo anti-33-mer. Esta
molécula es una herramienta fiable para detectar las variedades de
avena potencialmente seguras para los pacientes celíacos, ya que puede
identificar y cuantificar las fracciones más tóxicas en las distintas
variedades del cereal, afirma la coordinadora de la investigación de
la Universidad de Sevilla, Carolina Sousa.
Entre las nueve variedades de avena común (Avena sativa)
estudiadas, procedentes de fuentes comerciales de España y Australia,
el equipo ha descubierto tres grupos en función de su reactividad: uno
que provoca una elevada reacción, otro con efectos intermedios y el
último sin consecuencias detectables. Los análisis se han llevado a
cabo mediante un experimento in-vitro que simula el proceso de digestión en el intestino delgado.
El estudio abre una vía a la elaboración de productos con avenas
inocuas para los celíacos, opina Barro y añade: Actualmente
trabajamos para desarrollar variedades homologadas de avena tolerable.