Darío Bernal, responsable del proyecto
Universidad de Cádiz
Andalucía Investiga
¿Qué aparejos de pesca utilizaban nuestros antepasados? ¿Qué
técnicas pesqueras de entonces aún perduran y cuáles han acabado despareciendo?
Investigadores de la
Universidad de Cádiz buscan las respuestas a estas y otras
preguntas relacionadas con la actividad pesquera andaluza en el proyecto de
excelencia Artes de Pesca en Andalucía en la Antigüedad. Modelización
de la metodología de investigación arqueológica e inicios del corpus
documental, que ha recibido incentivos por valor de 196.000 euros por la Consejería de Economía,
Innovación y Ciencia.
A lo largo de la historia, la pesca ha sido una práctica
habitual en todas las civilizaciones. En el caso de Andalucía, la mayoría de
los estudios realizados hasta la fecha han revelado el funcionamiento de la
industria conservera de elaboración de pescado salado (salsamenta) y salsas de
pescado (garum y derivados), sin prestar atención a las técnicas de pesca y el
instrumental utilizado para la captura del pescado.
Con el objetivo de recuperar la memoria de las artes de
pesca en el litoral andaluz, investigadores de la Universidad de Cádiz
están creando un inventario sin precedentes en el que recogerán el instrumental
pesquero utilizado en Andalucía durante la Antigüedad Clásica,
concretamente entre la época fenicia - que abarca aproximadamente desde los
siglos IX/VIII a.C.- y finales de la Antigüedad Clásica
(s. VII d.C.).
Para ello, un equipo interdisciplinar formado por
prehistoriadores, arqueólogos, medievalistas, antropólogos, arqueozoólogos y
biólogos especializados en pesca actual, y coordinados por el profesor Darío
Bernal, realizará desde diferentes perspectivas una interpretación integral de
todo el registro arqueológico de esa época.
Estos trabajos, que se pueden consultar en esta web que los
investigadores han creado a tal efecto y en los que participan también las
universidades de Sevilla, Huelva y Málaga, así como el CSIC y otros centros
internacionales como las universidad de Siena y del Sur de Dinamarca, se
enmarcan en un proyecto de excelencia denominado Artes de Pesca en Andalucía en
la
Antigüedad. Modelización de la metodología de investigación
arqueológica e inicios del corpus documental, y financiado con 196.000 euros
por la Consejería
de Economía, Innovación y Ciencia.
En primer lugar, estos expertos están determinando cómo se
deben estudiar estos artefactos pesqueros –anzuelos, pesas de red…-, pues no
existe un protocolo estandarizado de estudios sobre este tipo de material
arqueológico.
Hasta hace relativamente poco, cuando los arqueólogos
localizaban pesas de red en los yacimientos fenicios, púnicos, romanos o
medievales, inmediatamente realizaban el vaciado del orificio pasante para
poder realizar el estudio tipo-cronológico del objeto –dibujo y fotografía-,
sin proceder a la toma de muestras del sedimento interno, cuya caracterización
permite saber el tipo de fibras utilizadas para las relingas –cabos inferiores-
de las redes, si es que las pesas se abandonaron con restos de las mismas, como
suele ser muy frecuente, apunta el responsable del estudio.
Los instrumentos pesqueros que han localizado, casi un
millar de piezas entre anzuelos, pesas, pesas de red, arpones, flechas,
lanzaderas o agujas de reparar redes, proceden de yacimientos arqueológicos
ubicados a lo largo de toda la costa andaluza, desde Almería hasta Huelva, con
una especial atención hacia los asentamientos de la Bahía de Cádiz y de la Bahía de Algeciras, ya que
en ellos existe mucha documentación inédita que además es diacrónica, es
decir, abarca desde la
Prehistoria hasta la época medieval y moderna, constata el
historiador de la UCA.
Para comenzar su identificación y atribuirles una utilidad
concreta, los investigadores cuentan con dos tipos de fuentes disponibles. Las
más numerosas son las fuentes literarias clásicas, que indican expresamente el
tipo de aparejos utilizados, como sucede en la obra Haliéutica de Opiano, del
siglo II d.C. En ella se comenta los tipos de artes más abundantes (caña,
sedal, tridente, trampas y redes). Además, en la iconografía musivaria,
encontramos multitud de elementos que confirman dichas apreciaciones. En los
mosaicos advertimos pescadores con cañas desde la costa o desde embarcaciones,
jóvenes piscatores con sedales, diferentes tipos de redes y pescadores con
tridentes que desde el litoral o la borda de barcos izan sus capturas, expone Bernal.
La pintura pompeyana es otra de las fuentes a la que han recurrido estos
investigadores. En los frescos conservados, sobre todo en Pompeya, Herculano o
Stabiae, se reflejan muchas escenas pesqueras de esta tipología.
Una vez catalogados, será más sencillo para estos expertos
constatar qué prácticas pesqueras surgieron en la Antigüedad, y cuáles
han perdurado hasta nuestros días, así como cuántas han caído en el olvido. La
pesca manual con arpones o tridentes es quizás la que menos haya perdurado,
restando únicamente de manera episódica en algunos lugares de Andalucía como en
los famosos corrales de Rota o Chipiona. En cambio, las almadrabas gaditanas
hunden sus orígenes en época romana con seguridad y posiblemente en época
fenico-púnica. Otras artes actualmente prohibidas como la atarraya o
esparavel, es decir, las redes de mano que se lanzan desde embarcaciones o la
costa están perfectamente documentadas en yacimientos como la ciudad
hispanorromana de Baelo Claudia. El caso de los palangres, arte compuesta por
una larga línea de la cual penden multitud de anzuelos y muy usada en el
Estrecho de Gibraltar para la pesca de voraces en la actualidad, también está
perfectamente constatada al menos desde época romana, cuenta Bernal.
Todo el instrumental estudiado quedará registrado en una
base de datos que constituirá un primer elemento de análisis para interpretar
las técnicas de pesca. Es fundamental acometer estudios transversales de corte
diacrónico, es decir valorar qué sucede con estos artefactos desde la Prehistoria, durante la Protohistoria, en
época romana, durante los últimos siglos de la Antigüedad Tardía
o durante el Medievo, pues únicamente con una perspectiva cronológica tan
amplia es posible contextualizar los cambios advertidos en las pesquerías, que
constituyen ambientes muy tradicionales de carácter artesanal, asegura este
investigador de la UCA.
Acuicultura en la Bética Romana
Tras dos años de trabajo, uno de los resultados más
importantes que los investigadores han obtenido hasta el momento es la
confirmación de la presencia de acuicultura en Baetica en época romana.
En concreto, han documentado un vivero de ostras en las
fábricas de salazones de la antigua Iulia Traducta (actual Algeciras). Según
los estudios biométricos que hemos realizado, este vivero estuvo funcionando al
menos hasta el siglo V d.C. Algunas ostras habían crecido sobre fragmentos
cerámicos romanos, evidencia de las técnicas de ostricultura descritas por
autores clásicos –como Columela- e ilustradas iconográficamente en multitud de
soportes, como las conocidas series de botellas de vidrio de Baia y Pueoli en
el Golfo de Nápoles.
Es la primera vez que se produce un hallazgo de este tipo en
España según Bernal, lo que abre unas expectativas científicas muy notables
para los próximos años, pues en otros yacimientos debieron darse fenómenos
similares que resultan difíciles de advertir por la escasa visibilidad
arqueológica de estas prácticas.
Al mismo tiempo, están realizando un corpus arqueozoológico
de los taxones de fauna marina existentes en varios yacimientos andaluces,
tanto de las especies de malacofauna –gasterópodos (caracoles y babosas) y
bivalvos marinos (mejillones, almejas, coquinas)- como de la ictiofauna –peces-
objeto de captura.
Con este trabajo, Bernal y su equipo han podido documentar
la presencia de restos óseos de cetáceos en varios yacimientos, como los de
Algeciras, Baelo Claudia, Castillo de Manilva o Ceuta. Esto, unido al estudio
de fuentes literarias ha permitido confirmar la pesca de ballenas en la Antigüedad en el ámbito
del Estrecho de Gibraltar, una cuestión que no encuentra de momento ningún
otro parangón en el ámbito atlántico-mediterráneo, señala Bernal, quien añade
que también se han podido estudiar varios conjuntos de atunes procedentes de
factorías de salazones púnicas (como de la gaditana Plaza de Asdrúbal) y
romanas (Baelo Claudia o antiguo Teatro de Andalucía en Cádiz), de lo que se
derivarán en el futuro estudios de gran importancia sobre las tallas de las
especies pescadas y sobre el sistema de despiece o ronqueo del atún rojo a lo
largo del tiempo. No existe de momento ningún lugar del Mediterráneo en el cual
se disponga de esta amplia documentación sobre restos de atunes procedentes de
yacimientos arqueológicos de época antigua.