AEDA
ADESUR
Durante las últimas semanas distintos medios de comunicación
se están haciendo eco de diversas manifestaciones a favor de los intereses de
Algodonera Blanca Paloma, S.A. que contienen términos que nos vemos en la
obligación de aclarar ya que, por una parte nos sentimos directamente implicados,
y por otra se están vertiendo errores manifiestos que es necesario aclarar.
1º.- Ninguna normativa publicada hasta este momento impide
que se ponga en funcionamiento ninguna desmotadora. La limitación que sí existe
es para colaborar en un régimen de ayudas, cuyos criterios son establecidos en función
de diversos parámetros, de la misma manera que, por ejemplo, sólo se fijan como
superficies elegibles, para participar en el régimen de ayuda al algodón,
aquellas que hubieran sido sembradas en unas campañas en concreto y no en
otras. De esta forma, solo los agricultores que dispongan de superficies autorizadas
pueden acceder a las ayudas al algodón. No se conoce hasta el momento, ninguna
reclamación de ningún agricultor por esta restricción.
Las entidades desmotadoras autorizadas para participar en el
régimen de ayudas son aquellas que están incluidas en el Plan de
Reestructuración del Sector Desmotador, y que son todas las que estaban
actuando normalmente y dando servicio a los agricultores en los últimos tres años.
2º.- Algodonera Blanca Paloma, S.A. cesó por decisión propia
su actividad de desmotación en la campaña 2004/2005 y llegó a anunciar su
disolución en un anuncio en prensa, y ha permanecido inactiva 5 años hasta la
campaña 2009/2010. Durante esas 5 campañas los agricultores de la zona han
entregado su algodón normalmente en otras desmotadoras y no se han producido
manifestaciones ni declaraciones por parte de éstos para evitar su cierre. Otra
desmotadora que no tenía derecho a las ayudas al desmantelamiento, en cambio sí
ha estado activa y prestando servicios a los agricultores de su zona.
3º.- Los agricultores algodoneros que han estado sembrando
habitualmente en las zonas próximas a Aznalcazar, durante los 5 años que ha
estado cerrada Blanca Paloma por decisión de sus propietarios, han entregado su
algodón con toda normalidad en otras desmotadoras.
Aun así, las empresas desmotadoras están dispuestas a
habilitar un punto de entrega de algodón en la zona para que los agricultores
no tengan que desplazar sus cosechas. No obstante, es necesario aclarar que no
todo el algodón recibido en Algodonera Blanca Paloma, procede de los
agricultores de la zona, sino una pequeña parte.
4º.- La capacidad de desmotación que mantienen las 7
desmotadoras autorizadas a colaborar en el régimen de ayudas, supera
ampliamente la producción que pudiera esperarse en las mejores hipótesis. Puede
verificarse este hecho en el Registro de Industrias Agrarias.
5º.- Al estar trabajando con cantidades de algodón muy
inferiores a las realmente necesarias para optimizar sus resultados, existe una
fuerte competitividad para captar una mayor producción de algodón, lo que
refuerza la competencia entre empresas y mejora la posición de los
agricultores.
6º.- El Programa de Reestructuración fue fruto de las
negociaciones entre el MARM, la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, el
sector desmotador, las cooperativas y las OPAS. El objetivo era proceder a un
cierre organizado de las desmotadoras tras la bajada de la producción de algodón
en más de un 75% como efecto de la entrada en vigor del nuevo régimen de
ayudas. Aunque después de un intenso estudio encargado por la Consejería a PriceWaterhouse
las cifras aconsejaban que sólo se mantuvieran activas 2 ó 3 desmotadoras, se
optó por mantener abiertas 7 para atender mejor la dispersión de zonas
productoras. Ahora bien, aunque se ha exigido que el desmantelamiento de las
instalaciones debe hacerse con efecto inmediato, las ayudas al mismo se van a
recibir a lo largo de 8 años. Durante ese periodo es cuando se limita la
participación en el régimen de ayudas de empresas que no han estado dando
servicios a los agricultores y por tanto inactivas en los últimos tres años
para permitir una adaptación del sector a la nueva situación y dado que el
numero de desmotadoras que finalmente se quedó es superior al que debería
haberse quedado para asegurar una rentabilidad de las instalaciones.
7º.- No es cierto que las ayudas al desmantelamiento hayan
minorado las ayudas que perciben los agricultores. En el régimen anterior, el
sector desmotador percibía anualmente, en concepto de ayudas por participación
en el régimen, un montante de 5€/Tm de algodón bruto procesado, es decir, unos
15 mill de € de media. Con el desacoplamiento de las ayudas, esta ayuda se
integró en el presupuesto total del sector. Los fondos obtenidos para compensar
el achatarramiento ascienden a 47 mill € a percibir a lo largo de 8 años,
cuando en estos 8 años la aportación a las desmotadoras hubiera ascendido en el
régimen anterior a 120 mill de € . Y ello, a cambio de cesar en la actividad y
desmantelar unas instalaciones cuyo valor duplica las ayudas percibidas
8º.- En Grecia no se ha habilitado la línea de desmantelamiento
de desmotadoras porque los agricultores griegos, con una un ayuda sensiblemente
inferior, están produciendo casi tres veces más por hectárea (2800 Kg/Ha en
Grecia y 1000 Kg
en España) con las mismas herramientas (semillas y fitosanitarios). También hay
que destacar que con el modelo actual de cultivo en España, centrado en la
reducción de costes, hay una pérdida de un millón de jornales en el campo, de
casi 2000 empleos en las desmotadoras y que la falta de materia prima para
abastecer a las industrias ha provocado la necesidad de desmantelar 19 de ellas.