Se desaconseja el consumo de carne de caza para niños menores de seis años y mujeres embarazadas.
Los niños menores de seis años, las mujeres
embarazadas o aquellas que planeen quedarse en estado no deben consumir
carne procedente de animales cazados con munición de plomo, porque este
metal afecta al sistema nervioso central en desarrollo.
Así se
desprende de un informe del Comité Científico de la Agencia Española de
Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio
de Sanidad, sobre "el riesgo asociado a la presencia de plomo en carne
de caza silvestre en España".
La recomendación sanitaria para
los adultos es limitar el consumo de estos productos a un máximo de una
ración -aproximadamente 150 gramos- por semana, un grupo poblacional en
el que los riñones son "los órganos más sensibles" a la exposición del
plomo, que reduce además la capacidad para formar nuevas células
sanguíneas.
El documento precisa que se ha identificado en
adultos la presencia de concentraciones relativamente bajas de plomo en
sangre asociadas a una elevada presión sistólica y a enfermedad renal
crónica.
"La neurotoxicidad asociada al plomo en adultos
afecta al procesado de información, causa síntomas psiquiátricos y
perjudica la destreza manual", puntualiza el texto suscrito por una
veintena de científicos.
En el caso de los niños, alega que
"numerosas evidencias" han puesto de manifiesto que la toxicidad de este
material afecta en mayor grado a los cerebros en desarrollo frente a
los maduros.
Así, se asocian las concentraciones de plomo en
sangre con una reducción del coeficiente intelectual y de las funciones
cognitivas en menores de siete años y similares conclusiones son
aplicables al caso de los fetos.
La AESAN considera que es
necesario promover campañas de información dirigidas a los consumidores,
sobre las precauciones a tener en cuenta en la preparación y cocinado
de estas carnes a fin de disminuir al máximo la exposición al plomo.
Recuerda que, a la hora de preparar este tipo de carnes, se debe
recortar y eliminar la que esté dañada por la munición así como la zona
ubicada alrededor de la herida visible.
En el caso de la carne
picada, indica que se debe limpiar la picadora frecuentemente,
preferiblemente antes de su uso con cada animal, dado que el plomo, al
ser un metal blando, puede ser triturado extendiendo la contaminación al
lote completo.
En el informe, aprobado el 22 de febrero, se
aboga por que se limite el uso de este tipo de munición a favor de otras
balas que puede ser de acero o tungsteno.
El Comité se dirige
fundamentalmente "a sus cazadores y a sus familias", cuya ingesta de
este tipo de carnes no se restringe a la temporada de caza, de agosto a
febrero, puesto que las piezas puede ser congeladas y consumidas a lo
largo de todo el año.
No obstante, recalca que en la
actualidad es cada vez más frecuente que estos productos se ofrezcan en
restaurantes, supermercados y carnicerías, y apunta que, a menudo, se
promocionan como una alternativa saludable frente a los animales criados
de forma intensiva en granjas.