Se ha incrementado los gastos en la producción del toro en más de un 38 por ciento.
La situación de sequía en el territorio
nacional, con la consiguiente ausencia de pastos, obliga a suplementar
con piensos y forraje la alimentación de la ganadería brava, que ha
incrementado sus gastos en la producción del toro en más de un 38 por
ciento, según datos facilitados por la "Unión de Criadores de
Toros de Lidia" (UCTL).
La sequía más aguda de los últimos 50
años, asegura la UCTL, "ha producido daños irreparables en la cosecha de
los cereales de secano de otoño-invierno y las heladas de los primeros
días de febrero y los fuertes vientos contribuyeron a secar aún más el
campo, por lo que la producción de forraje se verá muy mermada".
A la anterior circunstancia, de acuerdo a un estudio hecho por la
agrupación en la que están encuadrados los principales ganaderías del
sector, hay que sumar "la carestía de los piensos y del forraje, cuyos
precios están en constante aumento al igual que el del gasóleo, que
marca récord histórico".
De tal forma que "la crianza del toro
de lidia es la más costosa de todas las producciones animales, debido
en gran medida a su largo ciclo de producción que llega a alcanzar los
cinco años".
Además, precisa el estudio de la "UCTL", la
producción del toro bravo está condicionada por multitud de factores
externos que la transforman en "la más laboriosa, sacrificada y sujeta a
mayor número de incertidumbres".
Advierte también este
análisis que "la crisis económica ha provocado una disminución muy
importante en el número de espectáculos taurinos", ya que en la
temporada 2011 se celebraron entre España y Francia 1.306 festejos
mayores, lo que supone una pérdida del 43 por ciento frente a los
celebrados en 2007.
El problema de la sequía más estos datos
comparativos explican "las nefastas consecuencias" que están soportando
los criadores de toros de lidia, "que planifican su producción con cinco
años de antelación y, por tanto, no pueden ajustar su oferta a la
demanda actual".
"En este escenario de exceso de oferta y
disminución de la demanda y de incremento de los costes de producción,
los ganaderos tendrán que afrontar una de las temporadas más duras de la
historia de la Tauromaquia", concluye la "UCTL".