Así lo han asegurado los máximos responsables de Cooperativas Agro-alimentarias y las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA.
El sector agrario ha clamado unido
contra la propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC)
presentada ayer por la Comisión Europea porque en su opinión recortaría
entre un 12 y un 20 % las ayudas, traería más burocracia y el abandono
de la actividad, por lo que estudiarán movilizaciones.
Así lo
han asegurado los máximos responsables de Cooperativas Agro-alimentarias y las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA frente a las puertas de la oficina de la Comisión
Europea en Madrid -que organizó la conferencia "el futuro de la PAC
después del 2013"-, quienes abogaron además por "un frente común" de
administraciones y sector primario para detener la reforma.
Para el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias, Fernando Marcén,
la propuesta "hace aguas por todos los sitios" y se "queda muy lejos"
de las necesidades del sector, como incentivar la producción y
reequilibrar la cadena de valor.
Ha recordado que cooperativas
y pymes agrarias se verán afectadas porque se limitarán las cantidades
máximas, al imponer un techo de ayudas, y que la propuesta puede
provocar, además, "diferencias tremendas" en los pagos que recibirán
las regiones españolas.
Marcén ha confiado en que se consiga la
"unidad de acción" en España y con otros países, al tiempo que no ha
descartado protestas porque, "cuando los estamentos que tienen que
escuchar no lo hacen lo suficiente", las movilizaciones "serán
inevitables".
El presidente de la organización agraria Asaja,
Pedro Barato, ha dicho que la propuesta es "dañina, perjudicial e
inasumible" porque recortaría entre un 12 y un 20 % la ficha
financiera, "viene a agravar aún más" la situación del campo y de las
empresas agrarias españolas, no recoge mecanismos frente a crisis
graves de mercado y conllevará "más burocracia".
Barato ha
defendido una agricultura "de producir y no de no hacer nada o de
paisaje" y que no "prime las hectáreas sobre la producción" y ha
advertido que si prospera habrá regiones cuyas rentas dependen en más
de un 40 % de los pagos directos agrícolas que se "condenarían" al "más
absoluto desierto".
Ha explicado que "confía" en la
sensibilidad de los eurodiputados del Parlamento europeo y en el
rechazo de países como Alemania a esta propuesta que, a su juicio,
"deja la agricultura en manos" de potencias agrícolas como EEUU, Brasil
o Argentina, al tiempo que no ha descartado movilizaciones: "si hay que
hacerlas se harán, y creo que las vamos a hacer".
Para el
secretario general de la organización agraria COAG, Miguel López, la
reforma es "inaceptable", plantea un recorte real del 17 % de las
ayudas para el período (2014-2020), está pensada para el campo del
centro y norte de Europa y "olvida" a la agricultura mediterránea y de
regadío, con más costes de producción.
Ha asegurado que la
nueva PAC no recoge mecanismos de regulación de mercado y que pretende
repartir las ayudas a sectores ahora rentables que están enclavados en
3 millones de hectáreas entre 24 millones de hectáreas, lo que supone
"repartir hambre entre todo el mundo" y "cargarse" el tejido productivo
español con un nuevo sistema de ayudas "insostenible económicamente".
"No nos pueden presentar una propuesta de reforma que nos haga más daño
en estos momentos", alegó López, quien aboga por convertir este asunto
en "un problema de Estado" en defensa de un sector agroalimentario "que
mueve más de 40.000 millones de euros" y de "7.000 millones de euros"
en subvenciones.
El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos ha
criticado que la Comisión "se encierre en una burbuja", ajena a las
necesidades del campo, con una propuesta que supone un "ataque directo"
hacia la agricultura productiva y las explotaciones familiares agrarias.
Ha advertido que una "tarifa plana", con ayudas iguales por hectárea,
provocará la desaparición de muchos cultivos en España y que permitirá
que subvenciones de los agricultores se desvíen a "cotos de caza",
"dehesas comunales" o ayuntamientos.
Tras pedir "un frente
común" ante la reforma y confiar en que el Parlamento europeo también
la rechace, Ramos ha asegurado que a partir de ahora "tenemos abiertos
todos los frentes" incluso el de las movilizaciones, lo que "quieren
hablar con el resto del sector" en España, "país que sería el más
perjudicado".