El origen de este "desastre" se explica en que este año se ha producido una gran concentración de la oferta en muy poco espacio de tiempo.
La concentración de la oferta en un corto
periodo de comercialización y la mayor producción marcan la evolución
de la actual campaña de patatas, dominada por un desplome de los
precios, que ratifica que es un cultivo situado "al borde del abismo"
por su particular estructura de producción y distribución.
El
origen de este "desastre", según han explicado representantes
de la producción y de la comercialización de patatas, se explica en que
este año se ha producido una gran concentración de la oferta en muy
poco espacio de tiempo, durante el pasado junio, derivada de unas
menores exportaciones.
Esta circunstancia se agravó por la
crisis surgida a finales de mayo tras el brote infeccioso de la
bacteria del "E. coli" en Alemania, que provocó un bloqueo de envíos al
exterior.
En esas fechas, la campaña de patata temprana de
Andalucía se encontraba en una fase punta de recolección, por lo que el
cierre de mercados supuso que se "intentara colocar en España la
producción destinada al extranjero", según explican los exportadores.
No obstante, la crisis del "E. coli" no puede ser considerada la
culpable de todos los males esta campaña, ya que existen factores
comerciales que los han acentuado, como la fuerte competencia de países
mediterráneos como Israel y otros destinos mediterráneos productores.
Así, una vez concluida la campaña de patata extratemprana y temprana en
Andalucía, la temporada avanza en Castilla y León en sus variedades de
media estación y posteriormente lo hará en las tardías -que representan
en ambos casos cerca del 85 % de la producción española- y se iniciará
próximamente en Galicia y País Vasco.
Para el presidente de la
Asociación Nacional de Producción y Comercio de Frutos y Patatas
(Asonal), Roberto Ruiz de Infante, la mayor competencia y la pérdida de
la posición española en exportaciones ha derivado "una gran parte de la
producción al mercado nacional", lo que ha lastrado los precios en más
de un 50 % frente a la anterior temporada.
A su juicio, el
retraso en la producción de este año en la patata del sur también
supuso un cierre en las vías de venta porque estas exportaciones tienen
un calendario muy limitado, hasta la mitad de junio aproximadamente, y
"lo que no se haya exportado ahí no tiene salida", ya que a partir de
esas fechas comienzan las producciones de Francia y Alemania, entre
otras.
España es uno de los principales importadores de patata
de la Unión Europea (con unas 700.000 toneladas al año) y en su mayoría
procedentes de Francia, país que compite directamente con la de media
estación y tardía, y cuyos precios influyen en buena medida en las
cotizaciones españolas.
El inicio de la temporada de patata de
media estación en Castilla y León -un poco adelantada este año y con
una mayor previsión de producción- tampoco ha posibilitado una
recuperación del mercado, lo que hace prever que "la suerte esté ya
echada" y que se perpetuarán los bajos precios, según los productores.
"Lo que hay es una devaluación del producto a niveles ínfimos", ha
apuntado Ruiz de Infante, mientras que los agricultores han apuntado
que en origen los precios se sitúan entre cinco y diez céntimos el
kilo, un 50 % por debajo de los del año pasado.
Las
cooperativas españolas prevén que la campaña concluya con una
producción de unos 2,5 millones de toneladas frente a las más de 2,2
millones de toneladas de la campaña anterior.