Presentación del proyecto ‘NN TT ABIOAGRIN’ para el desarrollo de nuevas tecnologías y la mejora de la producción agrícola sostenible.
El proyecto NN TT ABIOAGRIN aúna el esfuerzo de seis empresas con el objetivo
común de desarrollar nuevas tecnologías en el diseño, formulación y aplicación
de inoculantes biológicos y naturales, a base de microorganismos o derivados
biológicos, con el fin de aumentar el rendimiento
junto a una aplicación racional de los fertilizantes químicos e incluso, en
algunos casos, sin la necesidad de recurrir a estos. Al mismo tiempo se
pretende conseguir un control eficaz de enfermedades y plagas con este mismo
tipo de productos.
El consorcio de empresas está liderado por AMC CHEMICAL, que junto a BIOMASA
PENINSULAR y FERTIBERIA son las empresas fabricantes de productos; RESBIOAGRO, AGQ
LABS como empresas de análisis y
seguimiento y SAT GRUFESA como empresa de producción agrícola.
Para la realización del proyecto NN TT ABIOAGRIN se cuenta con los
servicios de la Universidad de Sevilla, la Universidad de Córdoba, el Instituto
de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (CSIC), de CITAGRO (Centro de
Innovación y Tecnología Agroalimentaria) y con el apoyo del CAAE (Comité Andaluz
de Agricultura Ecológica). También se cuenta con la colaboración de la Fundación Caja Rural
del Sur que gestiona el seguimiento del proyecto y la difusión de resultados,
La utilización de microorganismos como inoculantes o
extractos derivados de origen biológicos en la agricultura actual es una
necesidad demandada por la aplicación de técnicas agrícolas más respetuosas con
el medioambiente.
Las inmediaciones de muchos cultivos en entornos protegidos,
la adecuación a las nuevas directrices de la Unión Europea de
disminución de fertilizantes químicos y la eliminación progresiva de muchos de
los fitosanitarios utilizados en la actualidad implican la disminución de
insumos químicos (fertilizantes y pesticidas) o su sustitución total.
Otro problema actual de gran importancia para las prácticas
agrícolas es la desinfección de suelos. El suelo puede presentar peligrosidad
para el cultivo por la presencia de hongos patógenos, nematodos parásitos,
ácaros, insectos y malas hierbas. Es por ello que se hace necesaria la técnica
de desinfección del suelo antes de la plantación de frutos rojos o hortícolas.
Esta técnica consiste en la aplicación directa al suelo de un agente biocida de
naturaleza física o química con el que se eliminan total o parcialmente los
agentes negativos antes mencionados.
Tras la prohibición del bromuro de metilo y la retirada
progresiva de otros biocidas químicos por la UE se demandan productos
biológicos que, en coordinación con técnicas físicas, permitan mantener la
eficacia de los tratamientos actuales de forma más respetuosa con el medio ambiente.
Por otro lado, al introducir microorganismos en la
producción ecológica se ha planteado la búsqueda de ‘nuevos aislamientos’ que
puedan ser utilizados como inoculantes y que solucionen algunas de las
dificultades que impiden la obtención de mayores rendimiento de cosecha:
I)
la
fertilización nitrogenada, por las modificaciones demandadas por la UE.
II)
la
movilización de nutrientes en los fertilizantes orgánicos usados en las
prácticas ecológicas
III)
el
biocontrol de enfermedades y la lucha biológica contra las plagas.
Actualmente, la necesidad de incrementar la productividad ha
reducido el potencial de microorganismos o compuestos de origen biológicos. La
superficie agrícola como medio de garantizar, tanto el suministro de alimentos
como la sostenibilidad de la explotación agraria, obliga al empleo de
fertilizantes minerales para reducir el riesgo de pérdidas de nutrientes al
ambiente.
La aplicación conjunta del fertilizante con microorganismos
mejoradores de la actividad biológica del suelo, del rendimiento del propio
fertilizante, o incluso de la eficiencia de la planta para aprovechar los
nutrientes, será una estrategia clave para la mejora de la eficiencia de la fertilización.
Tras el resurgir de la Agricultura Ecológica
se han comenzado a utilizar enmiendas orgánicas o fertilización orgánica con el
compostaje de materias que en muchos casos para su uso en las prácticas
agrícolas obligan a eliminar la microbiota acompañante, perdiéndose en los composta
muchas de las características deseadas como fertilizantes, la presencia de
macro y micronutrientes disponibles para las plantas. Por ello, incluir microorganismos
que se impliquen en los ciclos biológicos de la materia orgánica podría dar
beneficios para la planta y para el rendimiento de los cultivos.
Finalmente, con este proyecto se desea actuar sobre cultivos de alto interés
económico y social para Andalucía como
son los cultivos hortícolas (tomate, pimiento, fresas), olivar, cereales (arroz,
maíz, etc) y utilizar grandes cantidades de residuos vegetales procedentes de
estos cultivos para la elaboración de un compost de ‘biomasa vegetal’ con alto
valor añadido. Ello supondría la generación de empleo en las regiones de estos
cultivos al instalarse fábricas de tratamiento de los residuos vegetales que pudieran
generar compost específicos para las prácticas agrícolas locales.
De los objetivos del proyecto se destaca la utilización de microorganismos
beneficiosos y derivados biológicos, en combinación con organoquímicos, para la
mejora de la eficiencia e incluso para la disminución de las necesidades de
insumos químicos (fertilizantes, fungicidas y pesticidas). También se pretenden
utilizar nuevas técnicas de aplicación de inoculantes permitiendo una Agricultura
Sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Al mismo tiempo se podrán incrementar
los rendimientos de cosechas y los beneficios económicos y sociales del
entorno.
Entre las seis empresas participantes invertirán un presupuesto superior
a los 2,7 millones de euros a lo largo de los tres años de duración del
proyecto. Para llevarlo a cabo cuentan con la financiación de CDTI (Centro para el Desarrollo
Tecnológico Industrial) con el que hace un mes las empresas firmaron un
contrato para la financiación del 75% del presupuesto del proyecto mediante la
convocatoria de Fondo Tecnológico de Cooperación Tecnológica entre Pymes, a
la cual se ha accedido gracias al empuje inicial de CTA (Corporación
Tecnológica de Andalucía.