La renovación del protocolo, que los países acordaron negociar hace unos meses, está pendiente de su formalización, algo que debería ocurrir antes de agosto.
Los embajadores de los países de la Unión
Europea (UE) no lograron llegar a un acuerdo sobre la prórroga por
un año del convenio pesquero con Marruecos, debido a las reservas de
algunos estados miembros acerca de su impacto sobre el Sahara
occidental.
La renovación del protocolo, que los países
acordaron negociar hace unos meses, está pendiente de su formalización,
algo que debería ocurrir antes de agosto, cuando finalizarán los
arreglos temporales vigentes en la actualidad, informaron fuentes
comunitarias.
El asunto se volverá a debatir en una próxima reunión de embajadores de los estados miembros.
Según la Comisión Europea, Rabat ha informado de que el protocolo de
pesca ha ayudado a crear empleo en el Sahara y a llevar a cabo una
serie de acciones financiadas con cargo a los fondos comunitarios.
Las posiciones de los países no han cambiado mucho en la última
reunión: aunque todavía hay delegaciones que mantienen ciertas
reservas, como Holanda o Dinamarca, otras, entre las que figura
Irlanda, tienen una posición "más positiva" que en el pasado y se han
comprometido a examinar los datos presentados por Bruselas para poder
dar una opinión "definitiva", indicaron fuentes comunitarias.
Suecia es el único país que se ha pronunciado claramente en contra
del acuerdo, que es similar al anterior y propone continuar con las
actividades pesqueras, realizando ciertos ajustes sobre la base de
criterios científicos.
La renovación del protocolo añade, no
obstante, una nueva disposición que exige a las autoridades marroquíes
informar del uso de los fondos europeos y en particular del impacto
socioeconómico de la financiación comunitaria, algo que no recogía el
anterior protocolo.
Fuentes comunitarias indicaron que algunos
estados miembros esperan que su parlamento se pronuncie sobre la
cuestión pero "a priori" están en contra del acuerdo, como ocurre en el
caso de Dinamarca, mientras que otros (Reino Unido) tienen previsto
abstenerse.
España y Francia, partidarios tradicionales del
acuerdo, insisten en que hay que adoptar una decisión con rapidez y
piden que el Consejo sea coherente, ahora cuenta con datos "positivos"
sobre la aplicación del convenio.
La principal preocupación de
los países que tienen reservas es la situación de los derechos humanos
en el Sahara Occidental y el hecho de que el acuerdo no habría
beneficiado a las poblaciones de esa zona.
La formalización del acuerdo pesquero necesita el visto bueno del Consejo y del Parlamento Europeo.
El acuerdo con Marruecos es el que tiene más importancia política para
la UE, dentro de los convenios bilaterales en materia pesquera.
En los términos actuales, ofrece 119 licencias a la flota europea, más
una cuota adicional para especies como la anchoa, caballa o arenque,
que situarían en 138 el número de embarcaciones beneficiadas.
Los navíos españoles cuentan con un centenar de permisos, aunque no se
utilizan todos, y se ven favorecidos sobre todo barcos con puerto en
Andalucía y Canarias.
A cambio, la UE paga al año 36,1 millones
de euros al país magrebí, una parte para su sector y otra para medidas
de desarrollo.
La UE decidió optar por la vía de una prórroga
de un año para no perjudicar a los pescadores y ante las dudas que el
asunto del Sahara y otros plantean sobre la renovación a largo plazo.