El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) comunicó que la decisión fue adoptada por representantes de 127 países reunidos en Ginebra.
Un pesticida ampliamente utilizado en la
agricultura, el endosulfan, quedará retirado del mercado en 2012 por
sus graves efectos en la salud de los agricultores y comunidades
rurales próximas a los campos donde se utiliza ese producto.
El
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) comunicó que la decisión fue adoptada por representantes de 127 países reunidos
en Ginebra, que acordaron incorporar el endosulfan a una lista que por
ahora incluye 21 contaminantes orgánicos persistentes que están
prohibidos.
A partir de esa decisión y en el plazo de un año,
ese pesticida tendrá que quedar fuera de circulación, luego de que
varios estudios demostraran su extrema toxicidad al contacto dérmico o
al ser inhalado.
A pesar de ser altamente peligroso para el ser
humano, el uso del endosulfan está generalizado en la agricultura y se
utiliza en cultivos como algodón, café, té, tabaco, tomate, cebolla,
patata, manzana, mango, entre varios otros.
El especialista de
la Secretaría de la Convención de Estocolmo -relativa a los
contaminantes orgánicos persistentes-, David Ogden, explicó que
los países donde más se ha utilizado el pesticida en cuestión son
Argentina, Australia, Brasil, China, India, México, Pakistán y Estados
Unidos.
Sin embargo, Estados Unidos, Brasil y Argentina lo prohibieron recientemente a través de disposiciones internas.
Ogden precisó que la producción de endosulfan es de 18.000 a 20.000
toneladas anuales, que provienen principalmente de Brasil, China,
India, Israel y Corea del Sur.
Su utilización es extensa "debido a que es un pesticida efectivo y barato", explicó.
No obstante, se ha constatado que su pulverización está asociada con
desórdenes congénitos en recién nacidos y casos de retraso mental,
agregó el especialista.
En caso de que los trabajadores que
manipulan el pesticida no estén adecuadamente protegidos con ropa y
equipos especiales -como ocurre frecuentemente en los países en
desarrollo-, éstos se exponen a un envenenamiento agudo.
El impacto del pesticida en los consumidores, a través de la ingesta de alimentos pulverizados, aún no está documentado.