La Consejería Medio Ambiente desarrolla un estudio, en colaboración con la Universidad de Sevilla, para mejorar los espacios verdes en los municipios andaluces.
Un trabajo de la Consejería de Medio Ambiente para evaluar los
sistemas verdes urbanos como sumideros de C02 ante el cambio climático
confirma que las especies de árboles más eficientes en el secuestro de
carbono atmosférico son el naranjo amargo, el quejigo, el limonero y el
laurel. La iniciativa, realizada por el Departamento de Biología
Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla, se desarrolla en el
marco del proyecto 'Bosques por Ciudades '. Este programa de la Junta,
y en el que colabora la Universidad Hispalense, tiene como objetivo
mejorar los espacios verdes de los municipios, así como evaluar su
capacidad como sumidero de gases de efecto invernadero (C02).
Así,
tras comparar la eficiencia fotosintética de las diferentes especies de
árboles evaluadas, el trabajo realizado durante los meses de otoño e
invierno, destaca al naranjo amargo (Citrus aurantium), limonero
(Citrus limon), laurel (Laurus nobilis ) y quejigo ( Quercus faginea),
como las plantas que muestran una mayor eficiencia en el gasto de agua
que les supone esta capacidad de secuestro de carbono. Por el
contrario, las especies de árboles menos eficientes son el caucho
(Ficus elástica ), el pino negral (Pinus nigra), el enebro (Juniperus
oxycedrus) y la palmera canaria (Phoenix canariensis).
Entre las
que presentan eficiencias en el uso del agua intermedias se ecuentran
el aligustre (Ligustrum japonicum), el pino piñonero (Pinus pinea), la
falsa pimienta (Schinus molle) y la lagunaria o árbol pica-pica (
Lagunaria patersonii).
Entre los arbustos, las especies más
eficientes en el secuestro de carbono atmosférico bajo los tipos de
clima analizados son la banderita española (Lantana strigocamara), el
cantueso (Lavandula stoechas), el palmito (Chamaerops humilis), la
adelfa (Nerium oleander), el euvónimo (Euonymus japonicus), y la
ligustrina (Ligustrum ovalifolium). Entre las menos se encuentran el
ciprés (Cupressus sempervirens), la cica (Cycas revoluta) y el mirto
(Myrtus communis).
Bosques por Ciudades
El
proyecto Bosques por Ciudades se lleva a cabo, en una primera fase, en
ocho municipios andaluces adheridos al Programa de Sostenibilidad
Ambiental Urbana Ciudad 21, concretamente en Pulpí (Almería), Vejer de
la Frontera (Cádiz), La Carlota (Córdoba), Ogíjares (Granada), Punta
Umbría (Huelva), Villacarrillo (Jaén), Álora (Málaga) y El Viso del
Alcor (Sevilla).
El programa, que beneficiará a una población de
más de 105.000 habitantes, se iniciará con la selección en cada
población participante de un espacio público, en el que se plantarán
las especies autóctonas que mejor se adapten al terreno y que necesiten
menos consumo de agua. En este sentido está prevista la plantación de
unos 2.000 árboles - 250 ejemplares por cada municipio-, aunque la
cifra final dependerá de la disponibilidad de terreno y de los
resultados de la evaluación técnica. En principio, se calcula que esta
masa arbórea pueda fijar unas 2.000 toneladas de dióxido de carbono
(CO2 ) al año y que cada árbol tipo absorberá las emisiones que generen
339 coches al año.
Además de mejorar las condiciones ambientales
de los municipios andaluces, 'Bosques por Ciudades' aporta información
y resultados de la influencia que ejerce la vegetación sobre las
condiciones climáticas de cada localidad, ya que los árboles inciden
directamente en aspectos del clima tales como la temperatura, la
humedad o el viento.
Los bosques asociados a espacios urbanos
tienen entre otras funciones las de mejorar la relación existente entre
la sociedad y la naturaleza, conectar las ciudades con su entorno, ser
sumideros naturales de CO2; así como captar contaminantes atmosféricos,
filtrarlos y retener las partículas que se encuentran suspendidas en el
aire. Además estas zonas verdes urbanas ayudan a aumentar el nivel
estético y paisajístico de las ciudades, convirtiéndose en lugares de
encuentro y ocio para sus habitantes. Las mejoras ambientales que la
masa arbórea produce en los núcleos urbanos son casi inmediatas, puesto
que modera todas aquellas componentes ambientales que son agresivas
(contaminación atmosférica, ruidos, etc.), compensa la aridez del suelo
fijando la tierra y manteniendo la humedad, y sirven de refugio y
asentamiento a especies de fauna silvestre, aumentando y mejorando la
biodiversidad local. Esta iniciativa de la Consejería de Medio Ambiente
se desarrolla en el marco del Programa de Sosteniblidad Urbana 'Ciudad
21'.