Empresas agroalimentarias participan en unas jornadas de diversificación de recursos agrícolas, ganaderos y pesqueros.
Unas cien empresas agroalimentarias de
Málaga participan en unas jornadas de diversificación de recursos
agrícolas, ganaderos y pesqueros para enseñar a productores cómo
procesar alimentos y obtener un género más elaborado y con más
posibilidad de comercialización, caso de la fruta fresca y cortada.
Las jornadas, que se celebran hasta hoy en el Parque
Tecnoalimentario de la Costa del Sol-Axarquía, ubicado en Vélez-Málaga,
pretenden dar a conocer las posibilidades y ventajas de la
transformación y comercialización a través de las denominadas cuarta y
quinta gama.
La empresa Abelló Linde, especializada en esta
técnica, ha desplazado hasta el parque tecnoalimentario una unidad
móvil con los elementos necesarios para tratar alimentos desde su
recepción, lavado y cortado hasta su cocción, pasteurización,
esterilización, cocinado e incluso compresión y ultracongelación.
Juan Luis Mejías, responsable de Alimentación de la empresa, ha
manifestado a los periodistas que se trata de "un proyecto de valor, en
el que ha trasladado a su equipo de innovación y, a partir de frutas,
verduras, pescados y carnes que les han proporcionado los productores,
explicarán qué productos de valor se podrían sacar.
"En un
espacio tan singular como es un camión vamos a tener todos los
elementos para que, con productos muy típicos de esta comarca como el
mango o el aguacate, veamos cómo pasamos a esa transformación", ha
precisado la delegada provincial de Agricultura y Pesca en Málaga,
Mónica Bermúdez.
Entre los productos de cuarta y quinta gama a
los que los empresarios han podido acercarse se encuentran, además de
mango y aguacate y sus derivados, alimentos como salsa de pimiento,
sofrito de tomate, crema de calabacín, pisto, salmorejo, pan con
tomate, alcachofas en aceite, pimientos asados o escalivada.
La
cuarta gama se aplica a aquellas frutas y hortaliza que son frescas y
se han sometido a un tratamiento mínimo consistente en un lavado,
pelado, desinfectado, cortado o troceado, y que están listas para ser
consumidas.
Estos productos se envasan en películas plásticas
aplicando atmósferas modificadas y han de ser almacenados manteniendo
la cadena de frío, mientras que su periodo de vida útil puede oscilar
desde los 7 hasta los 14 días, dependiendo de la materia prima.
La quinta gama supone un paso más y en ella, se somete al producto a un
tratamiento térmico que le confiere un aumento de su caducidad, que
puede ir de uno a cuatro meses.