La Semana Verde de Berlín, la mayor feria agropecuaria del mundo, entre el 21 y el 30 de enero.
Con la crisis de las dioxinas dando sus últimos coletazos, abrirá en Alemania la Semana Verde de Berlín, la mayor feria
agropecuaria del mundo, donde más allá de productos y servicios, los
protagonistas serán dos adjetivos: ecológico y biológico.
La
concienciación medioambiental y sanitaria guía de forma omnipresente el
principal encuentro empresarial internacional de los sectores agrícola,
ganadero y alimentario, que va a congregar en esta edición a 1.632
expositores de 57 países entre el 21 y el 30 de enero.
Mientras, los periódicos alemanes recogen la respuesta legal del
Gobierno al escándalo de los piensos contaminados con dioxinas, que
lleva tres semanas copando portadas y titulares, y prosiguen los
análisis sanitarios de huevos y carne de pollo y cerdo.
"Para
el sector especializado la Semana Verde es el encuentro de política
agraria más significativo de Europa y para el público general, uno
mundo de experiencias con un alto carácter lúdico", aseguró Christian
Göke, director de la organización ferial de Berlín.
La oferta
de la feria abarca desde alimentos biológicos de delicatessen a
servicios de asesoría agrícola, pasando por maquinaria especializada,
costosas mascotas, aseguradoras, albergues de ecoturismo rural,
mobiliario de cocina, electrodomésticos inteligentes, especias exóticas
y productos de comercio justo.
Cerca de una veintena de
pabellones del recinto ferial berlinés, el Centro Internacional de
Congresos (ICC), extienden sus puestos y pabellones en un total de
115.000 metros cuadrados.
El encuentro, que celebra su 76
edición, tiene previsto atraer a unos 400.000 visitantes -100.000 de
ellos especializados-, según los organizadores.
Además, la
Semana Verde de Berlín tiene programadas unas 300 conferencias,
reuniones y seminarios sobre decenas de temas relacionados con el mundo
agropecuario.
La propia ministra de Agricultura alemana, Isle
Aigner, participó en una mesa redonda organizada por la feria con
expertos sectoriales y periodistas en la que el tema estrella volvió a
ser el del escándalo de los piensos contaminados con dioxinas, que se
destapó a principios de enero.
El Consejo de Ministros aprobó
ayer un plan de acción para impedir que se reproduzca una crisis como
la que hace unas semanas obligó a precintar hasta unas 5.000 granjas al
descubrirse que ganado avícola y porcino en Alemania estaba siendo
alimentado con piensos que contenían dioxinas.
Entre los países
presentes con pabellón nacional, un total de 32, destacan por tamaño
las instalaciones de Polonia -el país invitado en esta edición-,
Francia, Holanda y Rusia, y, por realizar su debut en la Semana Verde,
las representaciones de Afganistán y Ruanda.
Azerbaiyán, Ecuador y Tailandia son algunos de los estados con pabellón propio más lejanos.
España, uno de los principales exportadores de productos agropecuarios
a Alemania, no cuenta con un pabellón propio, aunque varias empresas de
importadores ofrecían ibéricos, vinos y aceites de origen español.