La futura Ley establecerá asimismo el marco normativo para mantener y mejorar el cultivo, facilitar el desarrollo sostenible de los territorios olivareros y fomentar la calidad y promoción de sus productos.
El Consejo de Gobierno ha aprobado el proyecto de Ley del Olivar,
que amplía las medidas de apoyo de la Junta para asegurar el liderazgo
mundial de Andalucía en este sector, principal actividad económica de
250.000 familias en más de 300 municipios. La futura Ley establecerá
asimismo el marco normativo para mantener y mejorar el cultivo,
facilitar el desarrollo sostenible de los territorios olivareros y
fomentar la calidad y promoción de sus productos.
El texto, que será remitido al Parlamento para su aprobación
definitiva, plantea un doble enfoque de fomento sectorial y de cohesión
territorial mediante la aplicación de fórmulas de colaboración
público-privada. Entre otras novedades, establece la figura de los
contratos territoriales que los titulares de fincas podrán suscribir
con la Administración autonómica, a título individual o agrupados por
zonas. En estos documentos quedarán definidos tanto los compromisos de
los agricultores para mejorar la gestión integral de sus explotaciones
en las vertientes productiva, ambiental y social, como las
contrapartidas económicas que recibirán por llevarlos a cabo.
Para garantizar la cohesión territorial y el mantenimiento de la
renta, igualmente novedoso es el reequilibrio que el proyecto normativo
introduce en el sistema de ayudas públicas, mediante un reparto
asimétrico de los recursos disponibles orientado a facilitar mayor
apoyo a los olivareros que más lo necesitan.
En líneas generales, la futura ley plantea dos ejes fundamentales de
impulso a la competitividad y sostenibilidad del sector. En el primero
de ellos se enmarcan la modernización de las explotaciones de olivar
tradicional potencialmente productivas, el fomento del uso del riego
para aumentar la producción y la renta, el aprovechamiento energético
de los residuos agrícolas e industriales, el fortalecimiento de los
programas de investigación, innovación y formación de nuevas
tecnologías aplicadas al olivar, la concentración de la oferta a través
de medidas de apoyo al asociacionismo empresarial y el fomento de la
calidad y promoción de las producciones.
En cuanto al eje de sostenibilidad, el proyecto prevé la ampliación
de las políticas que actualmente se desarrollan para mantener la renta
de los olivicultores; impulsar la multifuncionalidad y diversificación
de explotaciones e industrias; mejorar las condiciones de trabajo, y
respaldar el olivar tradicional, el situado en zonas con desventajas
naturales, la producción ecológica e integrada y el uso eficiente de
los recursos hídricos.
Las medidas de fomento previstas se desarrollarán a través del Plan
Director del Olivar, que se aprobará en el plazo máximo de un año tras
la entrada en vigor de la ley y determinará la intervención y la
colaboración pública-privada en aquellos territorios en los que la
producción de la aceituna o de aceite de oliva es fundamental para la
economía, el empleo, el mantenimiento de la población en el medio rural
y la conservación del patrimonio natural.
Territorios del olivar
El documento de planificación, elaborado por la Consejería de
Agricultura y Pesca con la participación de las organizaciones más
representativas, delimitará estas zonas del olivar de acuerdo con sus
distintas tipologías. Con una vigencia de seis años, el plan incluirá
un diagnóstico de la actividad y definirá las diferentes líneas de
actuación para reforzar la competitividad de las explotaciones.
La aprobación del plan por el Consejo de Gobierno deberá contar con
el previo informe preceptivo del Consejo Andaluz de Olivar, órgano
asesor de nueva creación que se constituirá en un plazo de nueve meses
tras la aprobación de la ley y que estará integrado por 20 miembros,
entre representantes de las administraciones públicas y del sector y
especialistas en la materia.
Andalucía, con más de 1,5 millones de hectáreas y 320.000
explotaciones, concentra la tercera parte del olivar europeo, el 40% de
la producción mundial de aceite de oliva (en torno al millón de
toneladas) y el 20% de la de aceituna de mesa (400.000 toneladas).
Ambas producciones tienen un gran peso en la balanza comercial
andaluza, con unas exportaciones que representan el 21% y el 7% del
total de ventas de productos agroalimentarios al exterior,
respectivamente. El aceite de oliva supone el 24% del valor de la
producción agraria regional.
El olivar andaluz, que representa el 60% de la superficie olivarera
española, se distribuye por las ocho provincias, con especial
relevancia en Jaén, el sur de Córdoba, el noroeste de Granada, el norte
de Málaga y sudeste de Sevilla. La actividad vinculada a sus
explotaciones genera más de 22 millones de jornales al año.
Documentos adjuntos- Documento adjunto sobre Ley de Olivar