Este patógeno es un microorganismo acuático presente en otras muchas zonas de Andalucía.
Un grupo de científicos coordinados por la profesora de Patología Agroforestal de la Universidad de Córdoba María Esperanza Sánchez ha identificado un patógeno, Phytophthora cinnamomi
que, además de la excesiva nidificación de zancudas, es una de las
principales causas del decaimiento del alcornocal en Doñana, enfermedad
que, según sus investigaciones, podría combatirse mediante el
tratamiento con fosfonatos.
Según ha explicado a Europa Press
la doctora Sánchez, durante el estudio de campo realizado en el verano
de 2008 para analizar la relación entre las altas tasas de mortalidad
observada en los alcornoques centenarios de La Vera, en el Parque
Nacional, y la alta ocupación de los mismos por aves zancudas, los
investigadores que participaban en el proyecto descubrieron de forma
"fortuita" en árboles no ocupados por aves, tanto centenarios como
jóvenes, que se iban deteriorando, debido a la infección por Phytophthora cinnamomi.
"Nuestra
intención era descartar que este fenómeno de decaimiento estaba
relacionado con alguna enfermedad y, paradójicamente, nos hemos dado
cuenta de que sí que existe esta relación y de que, efectivamente, hay
una relación causa-efecto entre este patógeno y la mortalidad de los
alcornoques", ha aclarado.
Este patógeno es un microorganismo
acuático presente en otras muchas zonas de Andalucía que causa
podredumbre en las raíces de encinas y alcornoques y que se agrava por
el encharcamiento del suelo, de manera que la climatología del pasado
invierno y primavera, "de los más húmedos que se recuerdan en varias
décadas", han resultado favorecedores de la acción de este organismo
invasor.
Tal y como ha informado, este hallazgo fue puesto de
inmediato en conocimiento de la dirección del Espacio Natural de
Doñana, con la recomendación de realizar una prospección más exhaustiva
del fenómeno, ya que, como apunta, "desconocemos la incidencia real de
la enfermedad en el entorno de Doñana", más teniendo en cuenta que se
trata de una enfermedad muy contagiosa.
Una "vacuna" para los árboles
La
fitopatóloga ha explicado que hasta el momento, en la zona analizada,
se han hallado siete focos de enfermedad y ha incidido en que se trata
de una patógeno "muy virulento que mata a los árboles infectados en un
periodo de tiempo relativamente corto si las circunstancia son
favorables". En determinados casos, en un periodo de dos años, "algunos
árboles centenarios han pasado de tener una copa verde y frondosa a
morir".
Para hacer frente a este fenómeno, este grupo de
investigadores ha propuesto un tratamiento con fosfonatos o sales del
ácido fosforoso que funciona como una "vacuna" y que ya ha sido probado
en ecosistemas de dehesa del Andévalo de Huelva, consiguiendo "reducir
la mortalidad de los árboles infectados del 80 al 8 por ciento", ha
informado Sánchez.
Tal y como ha relatado, este tratamiento se
llevó a cabo hace cinco años en ejemplares de encinas y alcornoques en
parcelas de dehesa del Andévalo de Huelva, dejando sin tratar los
árboles inscritos en otra parcela colindante. En el seguimiento que se
hizo durante los tres años siguientes, se pudo comprobar como "en la
parcela sobre la que no se actuó en este periodo, la mortalidad pasó de
cero al 80 por ciento de los ejemplares; mientras que en la parcela
tratada, la mortalidad sólo alcanzó el 8 por ciento".
El
tratamiento consiste, concretamente, en inyectar al tronco del árbol
estas sales del ácido fosforoso --con lo que se evita que el producto
salga al entorno del espacio protegido-- que son "efectivas" en una
doble vertiente: por un lado, afectan al microorganismo de forma
directa y, por otro, el árbol lo absorbe y lo acumula en la raíz, de
manera que cuando el microorganimos trata de infectarla "le es
prácticamente imposible".
No obstante, ha advertido de que,
para que alcance su máxima eficacia, hay que aplicar el tratamiento en
los primeros momentos de la infección o cuando el árbol aún no ha sido
afectado, es decir, de manera preventiva, como una vacuna, pues "si la
infección está muy extendida no sirve para nada". El tratamiento es
específico para este tipo de patógenos así que "es importante
diagnosticar correctamente la enfermedad antes de tratar" dado que "en
caso contrario, se estaría tirando el dinero", ha insistido.
La
investigadora ha incidido en la conveniencia de llevar a cabo un
estudio en profundidad en el entorno del Parque sobre la prevalencia de
este fenómeno, así como probar este tratamiento para frenar la alta
mortalidad de encinas y alcornoques, señalando que los datos que se
manejan hasta el momento fueron expuestos en fechas reciente en un
grupo de trabajo del Consejo de Participación de Doñana.