El futuro de la PAC, la dehesa y los cultivos transgénicos se abordaron en una jornada en la que los agricultores mostraron su apuesta decidida por la innovación, sin renunciar a ninguna de las tecnologías que ya se están empleando con éxito en otras áreas del mundo.
El Instituto de Cuestiones Agrarias y
Medioambientales (ICAM) llevará a cabo un proyecto de diseño y aplicación de un
modelo de auditoría integral para la mejora de la sostenibilidad de las dehesas
españolas, un proyecto de carácter nacional, que tendrá una duración de cuatro
años, y que se desarrollará en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente
y Medio Rural y Marino. Este proyecto, denominado 'Dehesa Innova: Diseño y aplicación de un modelo de auditoría integral
para la mejora de la sostenibilidad de las dehesas españolas,' tendrá como
ámbito geográfico de actuación los territorios con presencia de la dehesa, esto
es, Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura.
La presentación del proyecto ha tenido lugar en
Sevilla durante una jornada organizada por ICAM y la Fundación Antama,
con la colaboración del MARM, en la que bajo el epígrafe La agricultura del
futuro: Políticas y nuevas tecnologías, se han abordado además el documento de
la Comisión Europea
sobre el fututo de la PAC
y la situación de los cultivos transgénicos en la agricultura española.
Dehesa innova
Tal como ha explicado el director de ICAM, Daniel
Pérez, el proyecto Dehesa Innova surge tras constatar el grave problema de
rentabilidad de las explotaciones sustentadas en la dehesa y el consiguiente
riesgo de degradación de este ecosistema único.
Esta
iniciativa pretende, tras analizar la tipología de las dehesas, diseñar un
modelo de auditoría integral que, englobando los factores económicos,
medioambientales y sociales (pilares básicos de la sostenibilidad), ayude a
propietarios y gestores en la toma de decisiones respecto a sus explotaciones. Como
base para lograr este primer objetivo se pretende emplear el Sistema de
Planificación de Recursos Empresariales (ERP - Enterprise Resource Planning)
que, si bien es común su uso con notable éxito en otros ámbitos, no se ha
aplicado hasta ahora en explotaciones agropecuarias.
Entre los objetivos generales del proyecto se
encuentran, en primer lugar, el fomento de la gestión sostenible de los recursos
naturales de estos espacios, contribuyendo en la obtención de unas rentas
básicas razonables y atractivas en el ámbito territorial de la dehesa;
fundamentales para asegurar la continuidad de las mismas. Con el proyecto se
pretende también la adaptación de la dehesa al cambio global y las demandas
sociales, poniendo en valor los servicios públicos que aportan estos sistemas
únicos.
Presupuesto de la PAC
Por su parte, el director de los Servicios Técnicos
de ASAJA Nacional, José Carlos Caballero, ha destacado que la PAC está asegurada más allá de
2013, tal y como recoge la propia Estrategia
2020 de la Comisión Europea,
en la que la PAC
es una de las políticas prioritarias junto a la innovación y junto a
otras. Tal como confirmó José Carlos
Caballero, lo que se debate en estos momentos es cuál va a ser el presupuesto
con el que va a contar esta política y a qué se va a dedicar ese presupuesto,
éste es el asunto clave en este momento.
La Comunicación de la Comisión sobre la PAC, que se hará pública el
próximo 17 de noviembre, y a la que ASAJA ya ha tenido acceso, es la que va
fijando las nuevas líneas del que será el modelo de PAC que marque el
desarrollo de la agricultura en España y en Europa en el periodo 2014-2020.
Este documento, pese a que va centrando los debates, es aún bastante abierto, aunque
incluye ya algunos de los conceptos con los que tendremos que manejarnos en los
próximos años, como el concepto de los bienes públicos, un concepto tomado
del ámbito ecologista y que defiende una política agraria que prime lo
improductivo, aquellos aspectos más distantes de la función principal de la
agricultura, la de dar de comer con calidad, seguridad y a un precio razonable
a los ciudadanos europeos, que es la que defiende ASAJA.
El documento es por tanto sólo un punto de partida.
Abre tres escenarios. El primero, mantenimiento del status quo, y el tercero,
la ecologización radical de la PAC,
quedan menos desarrollados, y se observa la clara apuesta de la Comisión por el segundo,
en el que se mantiene una PAC apoyada en dos pilares, la agricultura y el
desarrollo rural, y se habla del establecimiento de un pago desacoplado básico
y uniforme para los agricultores de un estado miembro o región, que se
completará con otros pagos a aquellos agricultores que desarrollen su actividad
en zonas desfavorecidas y también para aquellos que asuman compromisos
medioambientales que vayan más allá de la condicionalidad.
Desde ASAJA se defiende que hay que mantener el
potencial productivo, y para ello es importante que la reforma mantenga pagos
diferenciados para los distintos tipos de agricultura, y de manera similar a
como ocurre ahora, aquellas explotaciones más productivas, que asumen más
costes, generan más empleo y garantizan la producción de alimentos tengan unos
pagos más altos en función de estos bienes públicos, que son los que realmente
se deben primar.
Tal como indicó José Carlos Caballero, la
filtración de la propuesta ha decepcionado, pues, frente a lo que se afirmaba
previamente, no se ocupa de uno de los problemas más graves de la agricultura
española y europea, el del desequilibrio de la cadena de valor en prácticamente
todas las producciones. Este es un aspecto muy grave para el que la Comisión no ofrece
respuesta.
Por último, la Comunicación incluye una
propuesta novedosa, la denominada gestión de riesgos, que aún no está bien
perfilada pero que, según afirmó Caballero, puede entrar en colisión con el
actual sistema de seguros agrarios con el que cuenta la agricultura española.
Los cultivos transgénicos
en la futura agricultura española
La
Jornada se ha cerrado con una mesa redonda en la que han
intervenido el director general de Antama, Juan Quintana, el catedrático de
Genética y Mejora Vegetal de la
Universidad de Córdoba e investigador del Instituto de
Agricultura Sostenible del CSIC, José Ignacio Cubero; y la secretaria del Consejo
Interministerial de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) de la Dirección de Desarrollo
Sostenible del MARM, Esther Esteban.
El director general de Antama, Juan Quintana,
ofreció algunos datos que permiten esbozar cuál es la situación actual de la biotecnología
agraria en el mundo, con un nivel de desarrollo e implantación muy fuerte en
grandes áreas tanto de países en vías de desarrollo como de países desarrollados.
En este momento, 14 millones de agricultores de 25 países dedican a estos
cultivos más de 134 millones de hectáreas. En grandes áreas del mundo el empleo
de los transgénicos en la agricultura no constituye ya ningún debate. Así, en
Canadá el 70% de los alimentos que se consumen llevan transgénicos desde hace
10 años y nadie los cuestiona.
Desde el punto de vista del
agricultor las ventajas son innumerables, desde el punto de vista productivo,
económico e incluso medioambiental, la prueba es que más de un 95% de los
agricultores que emplean semillas transgénicas repiten al año siguiente. El
cultivo de transgénicos, al incrementar la productividad media del cultivo,
permite dejar sin cultivar una parte del suelo, reduce el empleo de los
productos fitosanitarios y las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Se estima que, si se mantiene la
evolución actual, en 2015 habrá ya 20 millones de agricultores que empleen 200
millones de hectáreas en 40 países en la producción de transgénicos. Pero según
expuso Quintana, lo que nos viene es lo realmente importante: maíces
resistentes a la sequía que reduzcan las necesidades de riego, el desarrollo de
cultivos eficientes en nitrógeno que necesiten menos abonos, etc… El movimiento
es imparable, y la UE
permanece estancada y sus agricultores se encuentran en situación de desventaja
y sin alternativas. En la UE
hay 17 cultivos que ya han pasado todos los estudios y controles de la Agencia Europea de Seguridad
Alimentaria pero que están aún pendientes de aprobación.
El director general de Antama
concluyó su alocución con un par de preguntas: ¿Cuánto dinero y cuantos
beneficios económicos y medioambientales está perdiendo al UE y los
agricultores europeos por este retraso? ¿Puede permitirse la UE, máxime en el actual
contexto de crisis, dejar tanta ventaja a otros países?
Por su parte el profesor José
Ignacio Cubero Salmerón, catedrático de Genética y Mejora Vegetal de la Universidad de Córdoba
e investigador del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, afirmó que la
biotecnología constituye hoy por hoy una herramienta imprescindible para
solucionar los problemas de un mundo en el que se duplicará la población entre
2010 y 2030 y será necesario producir más en menos superficie, por lo que los
cultivos mejorados genéticamente constituirán la única vía para salir del
atraso y la ineficiencia.
En China se producen la mitad de los
cerdos del mundo, pero necesita importar grano para alimentar a toda esta
cabaña. El consumo de carne se ha duplicado en China en los últimos diez años y
la tendencia se mantiene al alza, sobre todo por que el nivel de renta y el
nivel de vida en tanto en este país como en la vecina India van a suponer un
tirón tremendo de la demanda de carne en los próximos años. En esta situación
es básico incrementar las producciones mundiales sin esquilmar los recursos.
Ninguna tecnología sustituye
totalmente a las anteriores, todas se complementan. José Ignacio Cubero puso el
ejemplo del maíz, un cultivo básico en la alimentación animal que en 40 años,
con el uso de las tecnologías clásicas, ha logrado reducir la superficie
necesaria para producir una tonelada de maíz en un 40%, pero llega un momento
en que estas tecnologías se encuentran con problemas de difícil solución, como
ocurre con la plaga del taladro en el maíz, un problema que en la agricultura
convencional no tenía solución pues los fitosanitarios que se empleaban no
tenían capacidad para controlarla, por lo que la llegada del maíz BT supuso una bendición para todos estos
agricultores.
Por último, José Ignacio Cubero
ofreció un claro consejo a todos los consumidores: Cuando vean en un
supermercado un producto que en su etiqueta indique que contiene transgénicos,
cómprenlo, pues será mucho más seguro que cualquier otro que pueda encontrar.
Finalmente, la secretaria del Consejo
Interministerial de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) de la Dirección de Desarrollo
Sostenible del MARM, Esther Esteban, expuso la situación legal de los
transgénicos en la UE
y las dificultades que se están planteando para la aprobación de nuevas
variedades. En este momento se está discutiendo en la UE un nuevo reglamento que deja
más libertad a los estados, y que probablemente vaya ya al Parlamento Europeo
en el 2011.
La clausura de la jornada estuvo a
cargo del secretario general de Innovación de la Consejería de Economía,
Innovación y Ciencia de la Junta
de Andalucía, Juan Martínez Barea.