Investigadores de la Universidad de Sevilla han iniciado un proyecto de excelencia dirigido a analizar en tilapias (Oreochromis sp.), especie de gran aceptación en los mercados, los contenidos de cilindrospermopsina (CYN), una toxina emergente producida por cianobacterias tóxicas presentes en aguas superficiales.
La tilapia, también conocida como mojarra, es la
tercera especie de pez producida en el mundo, después de la carpa y el
salmón, con una producción anual del orden de un millón toneladas. Este
pez nativo de Africa está teniendo una alta producción en Asia,
Latinoamérica y Estados Unidos y se ha convertido en una especie de
gran aceptación en los mercados, Su interés también copa la
investigación científica, de ahí que investigadores de la Universidad
de Sevilla han iniciado un proyecto de excelencia dirigido a analizar
en tilapias (Oreochromis sp.), los contenidos de cilindrospermopsina
(CYN), una toxina emergente producida por cianobacterias toxicas
presentes en aguas superficiales.
Tanto las
Consejerías de Salud como la de Agricultura y Pesca de la Junta de
Andalucía han mostrado interés en conocer los procedimientos y
conclusiones de este proyecto, denominado Transferencia y
Bioacumulación de cilindropermopsina en pescados de consumo público a
escala de laboratorio y evaluación de su toxicidad. El grupo de la
Hispalense, dirigido por Ana María Cameán Fernández, contará con el
apoyo de la empresa Valenciana de Acuicultura. Esta participación será
a través del asesoramiento y facilitando muestras de ejemplares.
La
proliferación masiva de cianobacterias productoras de toxinas en el
medio acuático, denominadas cianotoxinas, es un problema sanitario cada
vez mayor a nivel mundial, estimándose que el 25-75% de las mismas han
dado lugar a episodios tóxicos. Aproximadamente unos 40 géneros de
cianobacterias están implicados en la producción de cianotoxinas, que
pueden clasificarse según sus efectos producidos sobre los sistemas y
órganos a los que pueden afectar.
Entre todas ellas,
los dos grupos de toxinas claramente identificadas como un riesgo
tóxico para humanos son las Microcistinas (MC) y Cilindrospermopsinas
(CYN). Las primeras son de las cianotoxinas más frecuentemente
implicadas en los episodios tóxicos, y por ello existe una considerable
bibliografía científica sobre las mismas.
Sin
embargo, CYN y sus epimeros son prácticamente desconocidas, las
investigaciones llevadas a cabo son muy escasas. Esta toxina ha sido el
agente causal de intoxicaciones tanto en humanos (Australia, Brasil)
como en ganado. Se aisló por primer vez de un cultivo de
Cylindrospermopsis raciborskii, obtenido de la reservas de agua de
bebida que surtían a la poblacion de Palm Island, en Queensland
(Australia).
"La transferencia de esta toxina en
moluscos está demostrada, afectando a la calidad y seguridad de este
tipo de alimentos y suponiendo un riesgo potencial para el consumidor.
Sin embargo, la bioacumulación de CYN en peces es completamente
desconocida", aclara la investigadora.
El grupo
de la Hispalense evaluará los niveles tóxicos en aguas y tejidos de
peces tras una exposición aguda y de dosis repetidas entre dos y tres
semanas. Asimismo, valorarán las posibles afectaciones mediante
estudios histopatológicos, con el objeto de establecer las relaciones
dosis-efecto. "Tras un periodo de depuración de los peces intoxicados,
al menos 14 días, valoraremos cambios en el grado de bioacumulación
junto a la posible recuperación de los efectos tóxicos inducidos por la
toxina", prosigue."Estos estudios de bioacumulación nos permitirán
profundizar en la evaluación del riesgo tóxico por consumo de pescados
proclives a estar contaminados por CYN, ya que servirán de base para el
establecimiento de niveles guía adecuados, teniendo en cuenta la
Ingesta Diaria Tolerable (IDT) provisional establecida".
En
cuanto a los estudios in vivo, el equipo liderado por Cameán Fernández
pretende conocer y profundizar en los mecanismos de acción tóxica, como
por ejemplo, el extrés oxidativo, a nivel bioquímico y molecular.