La Comisión Europea pretende implantar una etiqueta especial, como "producto de mi granja" ó "producto de mi finca", con el fin de promocionar más los alimentos que los agricultores ó ganaderos individuales venden directamente a los consumidores.
Bruselas estudia aplicar un nuevo logotipo para impulsar más las
ventas directas de los productores al consumidor, a escala local y sin
pasar por intermediarios como los supermercados ó la industria.
El
objetivo de ese sello es identificar la fruta, la leche ó cualquier
otro alimento de una explotación individual y comunicar su "valor
añadido", con el propósito de "impulsar la economía local", según el
borrador.
Esta idea figura dentro de las propuestas para revisar
la política de alimentos de calidad y las denominaciones de origen, que
preparan los servicios del comisario europeo de Agricultura, Dacian
Ciolos, y que la CE presentará, previsiblemente, en diciembre.
El
sello "producto de mi granja" ó "producto de mi explotación" se podría
utilizar en cualquier país de la UE, con unas características similares
en cuanto a color, forma o tamaño, aunque los países determinarían las
condiciones para usar ese distintivo, según el texto.
La CE
quiere que se aplique a ventas directas de productores ó ganaderos en
la propia explotación o en sus alrededores, incluyendo puntos comunes
de suministro; también sugiere ese símbolo para alimentos entregados
directamente al productor, procedentes de fincas que participen en ese
sistema.
"No pretendemos eliminar la dependencia que hoy en día
tiene el agricultor de los supermercados y la distribución en los
precios, pero sí queremos fomentar la venta directa en mercados locales
y que el productor consiga un mayor valor añadido", según una fuente
comunitaria.
La CE estudia poner en marcha una página web para
coordinar o informar mejor de la lista de productores que se acogieran
al nuevo distintivo en cada país.
El Ejecutivo comunitario
propondrá en diciembre al Consejo de ministros de la UE y al Parlamento
Europeo (PE) modificar las reglas sobre los distintivos de los
productos agroalimentarios de calidad, entre los que destacan las
denominaciones (DOP) y las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP).
Entre
otras ideas, la CE baraja adaptar más las IGP a las normas
internacionales, así como aclarar las diferencias entre nombres
genéricos de productos y marcas registradas.
Por otra parte, la
CE estudia conservar el sistema de Especialidad Tradicional Garantizada
(ETG), lo que supone una novedad respecto a las intenciones de la
anterior comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, que quería
hacerlo desaparecer.
La CE baraja también un sistema de términos
"reservados" para alimentos que por alguna característica aporten un
mayor valor añadido.
El proyecto incluirá además nuevas
propuestas sobre los estándares de comercialización, recomendaciones
sobre la utilización de alimentos con Denominación como ingredientes y
sistemas de certificación privados y nacionales.