El centro experimental, ubicado en Algarrobo (Málaga), desarrolla diferentes investigaciones sobre la diversidad genética de frutos subtropicales.
La estación experimental de
La Mayora, dependiente del Centro Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), está estudiando el genoma del melón, el tomate y
de diferentes frutos subtropicales, con la intención de obtener
productos más funcionales y que puedan ser más saludables.
El centro experimental, ubicado en Algarrobo (Málaga), desarrolla
diferentes investigaciones sobre la diversidad genética de frutos
subtropicales como el mango, el aguacate y la chirimoya, y de
cultivos hortícolas intensivos, dirigidas a conseguir sistemas de
producción menos agresivos con el medio ambiente y a la búsqueda de
una mayor resistencia a las enfermedades.
El director de La Mayora, Enrique Moriones, ha explicado que los conocimientos más básicos de los genomas del melón, el
tomate y los subtropicales están ayudando, en colaboración con
equipos científicos internacionales, "a desentrañar cuáles son los
procesos en los que el patógeno interactúa con la planta y se
produce la enfermedad".
Según Moriones, se trata de una información muy básica y
académica, que se traslada rápidamente a los productores y que se
traduce en una mejora de las estrategias de control y en la
obtención de productos "de más calidad".
El centro ha recurrido a su banco de germoplasma para la
recuperación de variedades autóctonas de melón, tomate, pero y
melocotón, en una actuación que supone la "valorización de cultivos
que se estaban perdiendo y que ahora se pueden emplear en una
agricultura en la que vuelve a tener importancia la diversidad
genética".
"Hemos visto que esas variedades tradicionales, con un manejo
integrado en el que se apuesta por una menor aplicación de productos
químicos y un incremento del control biológico sostenible, producen
con muy buena calidad y pueden tener una buena venta en el mercado
ecológico", ha añadido Moriones.
El director de La Mayora ha señalado que la mentalidad de los
agricultores ha cambiado y que se han adaptado a una filosofía de
producción "mucho más sostenible y en la que se ha reducido
drásticamente la utilización de productos fitosanitarios".
"En apenas dos años, en Almería, la producción ecológica de
pimientos ha pasado de un tres al noventa por ciento por las
exigencias del mercado", ha agregado.
Otras líneas de investigación de La Mayora durante 2010 son el
estudio del origen y control de la malformación del mango, una
enfermedad que produce grandes pérdidas de rendimiento a las
plantaciones; y el aprovechamiento de restos orgánicos destinados al
compostaje para la producción sostenible del aguacate.
La Mayora fue creada en 1962 y por las características climáticas
de la zona costera en la que se ubica se ha especializado en
investigaciones sobre los cultivos hortícolas intensivos bajo
plástico y el cultivo de especies frutales subtropicales.
La estación la conforman una residencia, un edificio central con
cinco laboratorios de investigación, 16.460 metros cuadrados de
invernaderos estándar, 3.000 de invernaderos tecnificados, así como
varios insectarios.