Son algunas de las conclusiones de la Conferencia de la Sociedad Europea de Satélites Meteorológicos (Eumetsat).
La zona del mar Mediterráneo podría
ser una de las más afectadas por el cambio climático en el planeta,
pues el aumento de gases efecto invernadero puede derivar en
precipitaciones más intensas y "cambios sustanciales" en el ciclo
hídrico, con años muy lluviosos y otros de sequía.
Esta alternancia de años lluviosos con secos podría derivar en
problemas para gestionar recursos hídricos, como ha alertado en
rueda de prensa el presidente de la Agencia Estatal de Meteorología
(Aemet), Ricardo García Herrera, que también ha dicho que esta
situación podría evitarse con una "reducción sustancial" de este
tipo de gases que aumentan la frecuencia de los "fenómenos severos".
García Herrera ha realizado estas declaraciones tras la
inauguración en Córdoba de la Conferencia de la Sociedad Europea de
Satélites Meteorológicos (Eumetsat), a la que asisten alrededor de
cuatrocientos expertos en meteorología y satélites de más de
cuarenta países.
La teoría del cambio climático, un fenómeno sobre el que no hay
"un acuerdo al cien por ciento" en la comunidad científica pero sí
es respaldado por la mayoría de sus miembros, recoge, tal y como ha
destacado García Herrera, no sólo datos de los últimos 150 años,
sino también evidencias paleoclimáticas, como los testigos de hielo
de Groenlandia o los registros de corales.
Según los datos recogidos en estos vestigios, los cambios en el
clima que se producen en la actualidad no se habían registrado en
otros períodos históricos, por lo que García Herrera ha respaldado
el cambio climático como "una situación que no tiene precedentes" y
"una evidencia incontestable".
Con el objetivo de mejorar la predicción meteorológica, Eumetsat
tiene previsto lanzar al espacio el primer satélite de tercera
generación o MTG, que también servirá controlar los niveles del mar
y mejorar la detección de rayos, pues esta nueva tecnología
permitirá registrar los rayos que caen en los océanos, pues en la
actualidad la cobertura sólo incluye la masa de tierra.
García Herrera ha explicado que el registro de rayos en los
océanos permitirán detectar la evolución de tormentas intensas en
las masas de agua aunque, por otro lado, ha destacado que la
predicción meteorológica "nunca predice al cien por ciento los
fenómenos a escala local", puesto que la "atmósfera es un sistema
caótico".
Sin embargo, con el satélite MTG, cuyo lanzamiento está previsto
para el 2018 y que asegurará la observación desde el espacio del
tiempo y el clima hasta al menos 2038, se podrá tener una
información, gracias a la obtención de "perfiles verticales" de
temperatura y humedad, que permitan mejorar las herramientas para
predecir las tormentas.
En este sentido, el director general de Eumetsat, Lars Prahm, ha
indicado que este satélite, que precisa una inversión de 3.000
millones de euros y sobre el que se está trabajando desde 2001,
posibilitará avances en la vigilancia de la atmósfera y, por lo
tanto, mejorar las predicciones, con el objetivo de proteger la vida
humana de las incidencias del clima.
Prahm se ha mostrado confiado en que todos los países que forman
parte de Eumetsat tengan aprobada la inversión para el satélite para
noviembre de este año, toda vez que algunos estados como Reino Unido
o Francia ya han dado el visto bueno, mientras que otros como España
o Alemania no han aprobado aún el proyecto.
La conferencia de Eumetsat, que se prolonga hasta el
viernes, contará con la presencia del Premio Nobel de Química en
1995, el profesor Paul Crutzen, conocido por sus investigaciones
sobre el problema de la disminución del ozono estratosférico.