Los productores han iniciado la siembra de cereales de
otoño-invierno en muchas zonas del territorio nacional, con estimaciones de un
ligero descenso en la superficie respecto al año anterior y pendientes de que
se cumplan las previsiones que anuncian lluvias para los próximos días.
Fuentes de los productores han explicado que, debido a la
falta de humedad derivada de la escasez de lluvia, la siembra de cereal se está
realizando en seco en muchas zonas, principalmente en las de ciclo largo como
Castilla y León, donde el cultivo ya ha crecido, si bien han precisado que será
determinante la primavera, que "si es buena" lo será también la
cosecha.
El director de Cultivos Herbáceos de Cooperativas
Agro-alimentarias, Antonio Catón, ha asegurado que la siembra probablemente
será ligeramente inferior al año anterior porque algunas tierras se dejarán en
barbecho y habrá agricultores que dejarán de sembrar.
Ha indicado que se reducirá el uso de semilla certificada,
porque se está tratando de reducir el coste de producción, un hecho que ha
calificado de "erróneo", ya que supone una inversión y, no un coste,
al aportar garantías al agricultor.
El presidente de la sectorial de cereales de Asaja, Manuel
Vázquez, ha precisado que la tierra no está en su mejor momento de humedad para
la siembra, aunque ha matizado que "manda" la primavera y que si ésta
se presenta adecuada no tiene por qué ser un mal año para el cereal.
A una climatología complicada se une, según Vázquez, los
altos costes de producción y las bajas cotizaciones en origen y, además, se ha
referido a la entrada de trigo de terceros países a un precio bajo cercano a
los 90 euros por tonelada.
Por su parte, el responsable de Cultivos Herbáceos de la Comisión Ejecutiva
de COAG, Alejandro García-Gasco, ha indicado que los agricultores están a la
espera de las lluvias y ha asegurado que la falta de agua puede provocar que lo
que se ha sembrado corra el riesgo de no nascencia.
Ha destacado que, además del clima, el ambiente en el sector
no es bueno por los bajos precios que se arrastran desde hace dos campañas y ha
explicado que, incluso, hay productores con mercancía sin vender.
Desde la
Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), David Erice
también ha destacado que las condiciones climatológicas no son buenas, lo que
limita la superficie de siembra y no ayuda a la germinación de la semilla.
Erice ha indicado que la sensación en el sector es de
"incertidumbre" y ha estimado que se verá más reducida la siembra de
trigo duro y más perjudicadas las tierras de menores rendimientos.
A nivel mundial, el Consejo Internacional de Cereales (IGC,
en sus siglas en inglés) ya apuntó en sus previsiones de octubre que algunos
productores, principalmente de Estados Unidos, reducirán la siembra de trigo,
debido a la reciente caída de los precios de este cereal.
Respecto a la actual campaña de comercialización, las
cooperativas y organizaciones agrarias han coincidido en señalar que el mercado
se encuentra "paralizado" y que las operaciones se hacen "muy al
día".
En cuanto a los precios, continúan con la ligera tendencia
alcista registrada en las últimas semanas, salvo en el caso del trigo duro, que
cae un 2,03 por ciento, hasta 164,14 euros por tonelada, según datos de la Asociación de Comercio
de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe).
Esta semana, y en los mercados más representativos, la
cotización del trigo blando en almacén, nacional y/o importada, aumentó un 0,95
por ciento, con respecto a la primera semana de noviembre, hasta los 147,96
euros por tonelada de media, mientras que el precio del maíz subió un 1,75 por
ciento, hasta los 149,67 euros por tonelada.
Además, y en el mismo periodo de tiempo, la cebada se
incrementó un 1,25 por ciento, hasta los 132,52 euros por tonelada, y la cebada
malta, un 1,78 por ciento, hasta los 143,93 euros por tonelada, según los datos
de Accoe.