El objetivo final de este estudio es mejorar la gestión y conservación de las dehesas ahondando en el conocimiento del proceso de producción de bellota. Cómo se distribuye la producción a lo largo de los años y entre los distintos árboles o cómo influyen los parámetros ecológicos, son algunos de los aspectos que se abordan en el estudio.
El grupo de investigación de Gestión de Recursos Forestales
de la Universidad
de Huelva investiga los factores que influyen en la producción de bellota en
dehesas de encina con el fin de mejorar la gestión y contribuir a la
conservación de este tipo de ecosistemas.
La dehesa conforma un espacio en el que, durante
generaciones, la actividad humana ha convivido en armonía con la conservación
del medio. La importancia de este medio radica principalmente en el
aprovechamiento múltiple y sostenible de los recursos, y en los bienes y
servicios que ofrece a la sociedad.
Los encinares o montes de Quercus ilex ocupan en Huelva una
superficie de 170.438
hectáreas y tienen una gran importancia tanto económica
como ecológica para la provincia. El cerdo ibérico es una de las señas de identidad
y un gran motor económico para esta región andaluza, por lo que la fase de
aprovechamiento de la bellota (montanera) de esta especie aporta una evidente
valorización de la producción del arbolado del Quercus, constituyendo un
elemento productivo clave en un momento en que otras producciones
tradicionales, como las leñas o el carbón, tienen mucha menor salida en los
mercados.
Mejorar la gestión
El grupo onubense, encabezado por Mª Reyes Alejano Monge,
trabaja desde 2001 en esta línea para mejorar la gestión de las dehesas y
contribuir a su conservación. Después de años de investigación destacan
resultados como la variabilidad de la producción entre años (vecería), con
fuerte influencia de factores climáticos, fisiológicos y de asignación de
recursos del árbol o la variabilidad de la producción entre especies con un
fuerte componente genético. En este sentido, los investigadores trabajan en una
metodología que permita determinar las mejores productoras de una dehesa.
Por otra parte, han comprobado que las podas de
mantenimiento no influyen significativamente en la producción de bellota, sino
que también prima más un componente genético, por lo que la decisión de podar o
no debe basarse en este criterio. Finalmente, hay que incluir el conocimiento
detallado de los ciclos de crecimiento de la especie, con decrecimientos del
diámetro en verano. "Todo esto implica un mejor conocimiento de la dinámica
de las especies y sus procesos en las dehesas, lo que sirve de base para la
gestión sostenible de las mismas", explica la responsable del grupo.
Sistemas de medición continuos
El método de trabajo que han utilizado consiste en
replantear y monitorizar parcelas experimentales, con instalación de diversos
dispositivos para realizar mediciones continuas. Según Alejano, estudiar el
medio forestal no es fácil, ya que se trabaja con procesos que, como el clima,
cambian a lo largo del tiempo. Las parcelas que analizan estos investigadores
de la UHU cuentan
con el valor añadido de que están replanteadas desde 2001, lo que les permite
tener series de datos lo suficientemente extensas como para poder sacar
conclusiones válidas de sus estudios.
Entre las técnicas utilizadas destacan la recogida de
bellotas en contenedores durante el periodo de montanera o el conteo visual,
"una práctica muy poco utilizada en España hasta ahora y que permite
conocer cuál va a ser la producción de bellota con mayor tiempo de antelación, lo
que ayuda a organizar mejor la gestión", aclara la investigadora. Esta
técnica, que se realiza a principios de octubre, consiste en que dos
observadores se colocan delante del árbol y a través de prismáticos o a ojo,
cuentan el número de bellotas que ven en un tiempo determinado. Este resultado
después se extrapola para conocer la producción total del árbol.
"Nuestra finalidad es saber cuál es la gestión más
adecuada para mejorar la producción de bellota, pero para eso tenemos que saber
cómo funciona esa producción. Lo que hacemos es una investigación básica para
partir de ahí y mejorar así la gestión de los sistemas para garantizar su
conservación", explica Alejano.