Quieren auspiciar un organismo supranacional, con participación de operadores de España, Francia o Italia
Operadores españoles han iniciado contactos con sus homólogos de Italia y Francia para buscar apoyos y crear una plataforma tecnológica del vino europea que defienda los intereses del sector ante la Unión Europea, que destinará grandes partidas económicas a la innovación durante los próximos años.
Se trata de una iniciativa de la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV), según ha avanzado su presidente, Fernando Pozo, a su vez director de Operaciones de Pernod Ricard Winemakers. Quieren auspiciar un organismo supranacional, con participación de operadores de España, Francia o Italia, entre otros países, con entidad jurídica propia que les permita aspirar a los fondos que la UE movilizará en los próximos años para impulsar proyectos de investigación, desarrollo e innovación en el sector vitivinícola. No se han marcado plazos, pero el presidente ha apuntado que "estamos empezando a tener los contactos" ahora para impulsar este proyecto y "seguro que en un año algo tendremos" al respecto.
De momento, la Plataforma Tecnológica del Vino española ya acumula cierta experiencia, ya que, entre 2011 y 2014, ha dinamizado 34 proyectos que han atraído inversiones públicas de 16 millones. En concreto, la PTV nació en 2011 con el apoyo del Ministerio de Economía para coordinar las actividades innovadores que podría desarrollar el sector para mejorar su competitividad.
El gran éxito de la PTV radica, según ha explicado Pozo, en que ha sabido aglutinar en un único foro a operadores que "interactúan", como bodegas, universidades, centros de investigación, empresas auxiliares, consejos reguladores e interprofesionales vínicas.
Un grupo de trabajo de profesionales diseñó una agenda estratégica para la PTV en la que figuran 49 objetivos en innovación prioritarios para ejecutar, agrupados en siete estrategias: sostenibilidad, innovación, proyectos de salud, diversificación, profesionalización, marketing e internacionalización. Ha destacado la importancia de que España cuente con una plataforma de este tipo porque "si no haces valer tu voz y dices cuáles son tus prioridades, al final te quedas marginado" de las ayudas a la innovación, que cada vez están más centralizadas en Bruselas.
Entre las líneas de trabajo actuales de la PTV, estudian el comportamiento de los drones en los viñedos. Con ellos, captan imágenes aéreas del viñedo para vigilar su evolución, detectar posibles enfermedades, plagas o carencias, y poder actuar sobre el mismo en función de sus necesidades. "Es un reto interesante, porque al final va dirigido a mejorar la calidad del producto, que parte del propio viñedo", ha concretado. Según ha puntualizado, ya se están haciendo los primeros vuelos.
La información que aportan los drones se asocia con la de las estaciones climáticas que se distribuyen por el propio viñedo e informan sobre el grado de humedad del terreno, la pluviometría o las temperaturas que influyen en el desarrollo de las plantaciones.
Entre los principales retos futuros de la PTV, ha añadido, persiguen que las bodegas pequeñas y medianas también puedan innovar, como base para un mayor crecimiento y desarrollo, porque las grandes firmas vitivinícolas -ha precisado- ya tienen grandes departamentos de investigación, mayor información y acceso a ayudas. "Queremos que la plataforma sea el soporte, el apoyo para que las pymes puedan acometer proyectos de innovación, o unirse a proyectos que ya se estén desarrollando", ha destacado el presidente.
La sostenibilidad es otro de los principales ejes de actuación de la PTV, ha declarado Pozo, para conseguir que los viñedos y las empresas vitivinícolas utilicen de forma cada vez más eficiente los recursos como la energía o el agua, un aspecto ligado directamente a la prevención y adaptación a los rigores del cambio climático.
También ha avanzado importantes novedades en este aspecto y, así, el presidente ha destacado que las bodegas que lo deseen podrán aspirar a partir de finales de este verano a una nueva certificación WfCP (Wineries for Climate Protection), lo que implicará mediciones sobre gases de efecto invernadero en bodegas, consumo y eficiencia energética, gestión de residuos y gasto de agua.
De esta forma, las bodegas que firmaron en 2011 la denominada "Declaración de Barcelona" -en la que mostraban su compromiso contra el cambio climático, entre ellas Torres, González Byass, Osborne, Cordorníu y Pernod Ricard-, y otras nuevas, puedan dar un paso más y obtener una certificación oficial que respalde objetivamente esa apuesta por la sostenibilidad y el uso eficiente de los recursos.
