Los productores europeos ya no se guían por los límites fijados para cada país, introducidos en un inicio para restringir el gasto público, disparado con el anterior sistema intervencionista, y para controlar la producción y los precios
El fin del sistema de cuotas para el mercado de la leche en la Unión Europea (UE), vigente durante tres décadas, ha dejado paso a un escenario complejo en el que está prevista la redistribución de la producción, pero no su aumento considerable.
A corto plazo, "el efecto más inmediato parece ser la redistribución de la producción de leche dentro de la propia UE y no se espera que esta crezca significativamente en el conjunto de la zona", explica el experto de la FAO en el mercado lácteo internacional Michael Griffin.
Desde este mes, los productores europeos ya no se guían por los límites fijados para cada país, introducidos en un inicio para restringir el gasto público, disparado con el anterior sistema intervencionista, y para controlar la producción y los precios. Ahora que vuelven a competir libremente, las regiones menos competitivas ven amenazada su actividad pese a las ayudas prometidas para su adaptación al nuevo modelo.
No les convence el optimismo de la Comisión Europea (CE), que ve una perspectiva "positiva" a largo plazo y considera que las cuotas han constreñido la producción hasta que en la última década esas medidas se relajaron buscando un "aterrizaje suave". En su justificación del cambio, la CE insiste en que los países miembros podrán competir mejor ante la creciente demanda global de productos lácteos, especialmente en Asia.
Probablemente la producción se desplace a los países con menores costes de explotación como Irlanda, Holanda o Alemania, dependiendo de la cantidad de pasto disponible para alimentar al ganado, afirma Griffin.
El investigador sostiene que uno de los desafíos al que se enfrentan los productores son los precios de la leche, que han sido "extremadamente volátiles" en los últimos años. En su opinión, han estado influidos por una mayor proporción de la leche exportable que se produce en pastoreo, más sujeta a las variaciones del clima; y por oscilaciones de la demanda, sobre todo de China, el mayor importador mundial.
La subida de los precios de esos productos a nivel global en los últimos dos meses ha sido solo un "fenómeno temporal" y en abril podrían volver a caer, consideró Griffin. Según el índice elaborado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el precio de la leche aumentó en marzo el 1,7 % respecto a febrero, coincidiendo con los limitados suministros para la oferta procedentes de Oceanía y Europa. Nueva Zelanda y la UE en bloque son los principales exportadores mundiales, mientras que India es el mayor productor de leche, con 141 millones de toneladas obtenidas en 2014. La demanda, por su parte, está aumentando en los países en desarrollo y se mantiene prácticamente estable en los desarrollados, según Griffin.
Después del récord mundial de producción láctea del año pasado, estimado en unos 768 millones de toneladas, un reciente informe del Observatorio Europeo del Mercado de la Leche descarta también un aumento del suministro en 2015, a pesar del fin de las cuotas. Su esperanza es que los precios de los productos lácteos se estabilicen tras estos dos meses consecutivos de subida y que aquellos de la Unión Europea puedan hasta crecer.
Pero la situación está aún lejos de definirse. "Estamos todos intentando saber qué sucederá país por país", dice la investigadora del Instituto Italiano de Economía Agraria Carmela Macri, para quien el mercado europeo "viene viciado desde hace mucho tiempo y es difícil volver a una situación de equilibrio autosuficiente". Además, recordó que numerosos productores tuvieron que pagar las multas por los excedentes de producción en el pasado siguiendo unas normas ya caducadas y ahora les toca competir en el mercado libre, un paso "traumático" que puede afectar a algunos, aunque "seguramente era algo que había que hacer".
