Este año la gran novedad es la concesión de la Indicación Geográfica Protegida al polvorón
El sector del mantecado de Estepa ha iniciado la campaña de producción para Navidades, la primera en la que contará con unos polvorones amparados por la Indicación Geográfica Protegida, y en la que prevé mantener la producción de unas 600.000 unidades, con una facturación de 40 millones.
En total, una veintena de fábricas emplean a más de 2.000 personas, mientras que otras 2.500 más trabajan en empresas auxiliares, lo que genera una tasa de paro inferior al 7 por ciento en esta localidad sevillana, ha informado el Consejo Regulador de Mantecados y Polvorones de Estepa.
Con canela, ajonjolí y almendra tostada como materias primas, se producirán más de 18.000 toneladas de mantecados y polvorones, que suponen unas 600.000 unidades de estos productos típicos navideños, que se fabrican en Estepa desde hace más de 150 años. Este año la gran novedad es la concesión de la Indicación Geográfica Protegida al polvorón por parte de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta, que deberá ser refrendada por la Unión Europea en un proceso administrativo que ya ha sido completado por los mantecados.
Entre las características que definen a los productos amparados por la IGP 'Polvorones de Estepa' se encuentran sus ingredientes fundamentales: harina de trigo, manteca de cerdo, azúcar glas, almendra, canela y aromas naturales, pudiendo añadirse clavo como elemento alternativo. Estas materias primas son comunes a los dos tipos de polvorones que protege esta figura de calidad, los "caseros" y "almendra" (tradicional), en función de la cantidad de almendra que incluye la receta empleada para su elaboración (un mínimo del 15 por ciento en el primero y del 8 por ciento en el segundo).
Estos dulces, que deben estar envasados individualmente y pueden pesar un máximo de 50 gramos, presentan una forma oblonga y están cubiertos por una fina capa de azúcar glas. En cuanto a su color y textura, los 'Polvorones de Estepa' son marrón tostado, compactos en su exterior y tiernos en su interior, con la superficie ligeramente cuarteada y suave al paladar.
Aunque el origen de los polvorones se remonta al siglo XVI, según está documentado en el convento de Santa Clara de Estepa, la inventora de este dulce como se conoce es Micaela Ruiz Téllez, 'La Colchona', que vivió en Estepa entre 1824 y 1901.
Para mejorar su sabor y su resistencia durante los posibles desplazamientos, introdujo modificaciones en la elaboración de los polvorones como, por ejemplo, el secado exterior, que mantiene tierno el tradicional dulce navideño.
