La aprobación de la nueva norma de calidad para carne, jamón, paleta y caña de lomo ibéricos que, entre otros aspectos, determina el etiquetado e identificación de los productos
Negro, rojo, verde o blanco: esos son los cuatro colores que a partir de ahora pondrán nombre y apellidos a los productos ibéricos -que los incorporarán en unos precintos plásticos- para que el consumidor sepa lo que compra.
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, anunciaba tras el último Consejo de Ministros la aprobación de la nueva norma de calidad para carne, jamón, paleta y caña de lomo ibéricos que, entre otros aspectos, determina el etiquetado e identificación de los productos según la alimentación y la pureza racial de los animales de los que provienen.
La introducción de estos precintos han centrado la atención del sector y, por ejemplo, la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici), en la que se encuentra el 95 % de los industriales del sector, ya ha distribuido 1,2 millones de todas las categorías, cuyo coste asume en un primer momento el propio matadero y que luego repercute a la industria que le compre las piezas.
El coste que soporta el matadero por la adquisición, colocación y gatos de gestión de los cuatro precintos (dos paletas y dos jamones) de cada cerdo se sitúa en 0,90 euros, según fuentes de Ibesa, empresa del ibérico ubicada en la comarca de Los Pedroches (Córdoba).
La Interprofesional ha confiado la fabricación de los precintos de sus asociados a la empresa catalana Precintia, con 20 años de experiencia de trabajo con las principales firmas del sector jamonero español.
Fue meses antes de la entrada en vigor de la norma cuando Asici -tras estudiar otras ofertas- se decantó por esta compañía, que cuenta con 120 trabajadores.
Tras fabricar dicha primera partida de 1,2 millones de precintos, fuentes de la compañía catalana han asegurado a Efeagro que prevén elaborar 9 millones de precintos al año.
Desde Precintia detallan que, a pesar del sencillo aspecto de los precintos -que se asemejan a unas bridas-, éstos incluyen un sistema de seguridad, un código de barras y un número de identificación.
Están elaborados con plástico de nylon, más resistente que otros materiales, y se graban con láser, porque es el único sistema que no se degrada con el ácido oleico que desprende el jamón ibérico, explican.
Según destacan, su compromiso con Asici es dar salida a las demandas de precintos para el ibérico en una semana, un reto para la empresa que se muestra contenta con este nuevo encargo porque considera que "el trabajo bien hecho" durante los años anteriores con el sector "al final se ha visto recompensado".
Los precintos del ibérico abren así un nuevo nicho de mercado para las empresas elaboradoras de este tipo de identificadores en España.