La semana concluye también con la resaca del informe de la OCU sobre la calidad de los aceites de las principales marcas.
El mercado del aceite se animó esta semana, con más transacciones de compraventa entre almazaras y entidades comercializadoras y repunte de precios, lo que rompe la tendencia de los días anteriores, marcados por la atonía y las cotizaciones a la baja. ¿Continuará ahora esta senda alcista?
La semana concluye también con la resaca del informe de la OCU sobre la calidad de los aceites de las principales marcas, que no deja bien paradas a algunas de las más representativas marcas del mercado español, aunque ha sido desautorizado por patronal de envasadores y empresas afectadas, que en algunos casos preparan ya sus demandas.
Haya respetado o no el reglamento comunitario a la hora de preparar su informe -cuestión que deberán dirimir los Tribunales-, justa o injusta, su evaluación no puede llegar en un peor momento y dispara contra la línea de flotación del sector empresarial, después de muchos meses con precios bajos y escasos márgenes de beneficios.
Añade además "leña" al fuego, puesto que algunos países como EEUU -el principal destino de los aceites españoles fuera de la Unión Europea- ha puesto a las grasas comestibles importadas bajo la lupa e incluso avanza normativas muy estrictas y celosos controles que podrían transformarse "de facto" en barreras comerciales.
La subjetividad de los paneles de cata -que pueden calificar un mismo lote como virgen extra, virgen o lampante-, provoca una peligrosa indefensión jurídica a las empresas, que pueden enfrentarse a acusaciones de fraude en la calidad en función de qué "nariz" las analice y, más grave aún, incluso si el producto se ha almacenado mal en los supermercados de donde se cogen las muestras.
Administraciones y sector oleícola llevan meses con una "patata caliente" encima de sus mesas, pero no han sabido dar una respuesta ágil para mejorar el panel test o añadir nuevos sistemas complementarios y, mientras tanto, se suceden las "malas noticias".
Recientes informes publicados a nivel internacional basados en métodos analíticos no reconocidos por el Consejo Oleícola Internacional (COI) y a veces financiados por productores competidores de España se refieren a los aceites virgen extra importados en sus países -en su mayoría españoles- como productos "rancios", "mohosos", de "mala calidad" e incluso "adulterados".
Ahora contarán con más argumentos a favor, esta vez desde España.
A la espera de los acontecimientos y de las posibles reacciones internacionales al estudio de la OCU -y/o comerciales-, los operadores se muestran expectantes y continúan con su trabajo.
En los últimos días, el Sistema de Información de Precios en Origen del Aceite de Oliva (POOLred) recoge un repunte de los volúmenes comercializados del 20 al 26 de octubre, con 3.249 toneladas, un 90 % más respecto a la semana anterior, y también de los precios para las categorías de mayor calidad.
Las cotizaciones se situaron en 2,51 euros/kg (+1,40 %) para los vírgenes extra y en 2,45 euros/kg para los vírgenes (+2,57 %), aunque cayeron los lampantes (-1,66 % hasta 2,29 euros/kg).
Por su parte, del 26 de septiembre al 26 de octubre, el POOLred recogió 14.506,87 toneladas comercializadas, un 68 % menos respecto a un mes antes, con un destacado repunte para los vírgenes extra (+3,41 %) y los lampantes (+1,02 %), mientras que caen en ese período los vírgenes (-0,38 %) y los de calidad inferior (-4,08 %).
Por otra parte, del 18 al 24 de octubre se han negociado en el Mercado de Futuros del Aceite de Oliva (MFAO), un total de 1.750 toneladas de aceite de oliva lampante.
Se realizaron contrataciones en todos los vencimientos, siendo los más activos enero de 2013 (con 500 t); noviembre de 2012 y mayo de 2013, con 325 t. en cada uno de ellos, según esta fuente, con precios de los futuros que han oscilado entre los 2.210 euros/tonelada para noviembre de 2012 y los 2.590 para noviembre de 2013.
Durante la próxima semana continuarán las secuelas y la onda expansiva del informe de la OCU, que resucita el fantasma del fraude en un sector sensible y excesivamente vapuleado en los últimos años.
Todos esperan ver cuál será la reacción del ministro del ramo Miguel Arias Cañete que puede enfrentarse al inicio de una nueva crisis sectorial, justo cuando sale de "apagar" algunos fuegos en el lácteo y en la antesala de la última fase de la batalla por el reparto de las millonarias ayudas europeas al campo a partir de 2014.
Administración central y regional y sector oleícola tendrán que trabajar a contrarreloj para evitar que un simple informe se convierta en una crisis de mercado, justo cuando España "barre" en los mercados internacionales con unos aceites -recuerdan los productores- que son los mejores del mundo como los distintos concursos internacionales han certificado.
