Según las estimaciones de la Asociación de Productores y Exportadores de la Fresa de Huelva (Freshuelva).
La campaña de la fresa de Huelva, que este
año gana en calidad por la incorporación de nuevas variedades y las
condiciones climatológicas, se encuentra en su momento álgido, en el
que genera unos 70.000 jornales en plena época de crisis económica.
Según las estimaciones de la Asociación de Productores y Exportadores
de la Fresa de Huelva (Freshuelva), que representa al 95 por ciento del
sector, se espera una producción en torno a las 245.000 toneladas de
fresa en una superficie de 6.400 hectáreas, lo que sitúa a la provincia
como primera productora Europea y tercera del mundo.
Pese a que
cuantitativamente la campaña actual no es muy diferente a la del pasado
año, el sector ha apostado este año por dar un salto cualitativo, con
la incorporación de nuevas variedades, que alargan la campaña y con las
que se gana en calidad, según ha explicado Alberto Garrocho,
presidente de Freshuelva, quien ha señalado que también está ayudando
una climatología favorable.
Entre esas variedades cultivadas se
encuentran dos autóctonas, la Primoris, de la que hay unos 27 millones
de plantas y se comercializará por primera vez, y la Antilla, que se
encuentra aún en fase experimental y de la que habrá unas 600.000
plantas esta temporada.
Tras un inicio lento, con un volumen de
recolección por debajo de años anteriores, debido a la incorporación de
las nuevas variedades, y a las condiciones climatológicas de principios
de año, cuando se registraron muy bajas temperaturas, la campaña se ha
ido recuperando y en estos días el campo onubense está "a pleno
rendimiento" y se está recolectando, según Garrocho, el grueso de la
producción.
Esta realidad, ha explicado el presidente de
Freshuelva, supone que unas 70.000 personas estén trabajando tanto en
el campo como en las naves de manipulación, una cifra que se mantiene
con los años y a la que no ha afectado la crisis económica.
Sin
embargo, la situación económica actual sí que ha influido en el origen
de los trabajadores, ya que, desde hace unos dos años, se está dando
prioridad a los trabajadores españoles o inmigrantes residentes en
España.
En este sentido, Garrocho ha precisado que son
numerosos los trabajadores que se están estrenando en el campo, que
realizan labores junto a temporeros venidos de otros países europeos,
como Rumanía, que repiten año tras año reclamados por las propias
empresas debido a su experiencia.
Además, para solventar
posibles problemas de necesidad de mano, la Comisión Provincial de
Flujos Migratorios acordó un cupo de reserva de unos 5.300 trabajadoras
marroquíes para garantizar que hubiera trabajadores en caso de máxima
necesidad o momentos punta.
Que la recolección esté en su punto
álgido implica que hay que dar una mayor salida a la producción
fresera, de la cual en torno a un 85 por ciento se destina a mercados
internacionales, fundamentalmente europeos.
Con respecto a los
precios, Garrocho ha apuntado que si bien han ido remontando con el
paso de las semanas, los productores están vendiendo el kilo de fresa a
algo más de 1,10 euros, una cifra que "no llega a cubrir los costes de
producción", aunque se confía en que aumente y la facturación total sea
superior a la del pasado año, en la que rondó los 305 millones de euros.
Para ello, el sector ha de luchar contra la crisis económica y la
competencia de terceros países como Marruecos, que son los principales
temores del sector fresero onubense ante esta campaña 2010-2011.