La 23.ª edición del "Diccionario de la lengua española", que se publicó el pasado jueves en todos los países hispanohablantes, incluye nuevos términos relacionados con el mundo agroalimentario y de la vida rural.
En concreto, la voz "lonchera", que se utiliza especialmente entre los hablantes de América Latina, se define como "recipiente pequeño, de plástico u otro material, que sirve para llevar comida ligera, especialmente de los niños cuando van a la escuela.
El diccionario también recoge ya el término anisakis, que se vincula a la alimentación pues es un gusano nematodo parásito cuyas larvas se encuentran ocasionalmente en algunos peces, mamíferos marinos y cefalópodos, y que puede provocar en el hombre anisakiasis".
"Agroturismo" entra en este diccionario con una definición concisa "turismo rural, especialmente el que se incluye actividades agrícolas y ganaderas".
Esta nueva edición precisa también nuevas acepciones para términos gastronómicos como papillote, un término que proviene del francés y que ya aparecía como una locución adverbial que significaba "dicho de asar la carne o el pescado: Con manteca y aceite y envolviéndolo en un papel".
Ahora se añade un significado más, el de "envoltorio, generalmente de papel, para hornear o de aluminio, en el que se cocina un alimento al vapor o al horno.
El término "margarita", con hasta seis acepciones del mundo de la biología, es ya también un cóctel preparado con tequila, licor de naranja y zumo de lima o limón, normalmente servido en una copa con el borde escarchado con sal.
Y el botellón, esa práctica tan extendida entre los jóvenes, ya tiene su definición coloquial en el diccionario, que reza "reunión al aire libre de jóvenes, ruidosa y generalmente nocturna, en la que se consumen en abundancia bebidas alcohólicas".