El acuerdo es conocido en España por las concesiones a las importaciones de frutas y hortalizas marroquíes, como las de tomate.
El Consejo de ministros de la UE -que representa a los Gobiernos
comunitarios- y Marruecos rubricaron el nuevo acuerdo agrícola y
dieron un paso importante para que se haga realidad, por lo menos en la
segunda mitad de 2011, lo que acrecienta las preocupaciones de los
productores españoles.
Los representantes de la UE y de
Marruecos ratificaron el convenio que incrementa la apertura en el
comercio agrícola o pesquero bilateral y que supone ventajas para ambas
partes, pero en España es conocido por las concesiones que supondrá a
las importaciones de frutas y verduras del país magrebí, como el tomate.
Los negociadores de Bruselas y Rabat cerraron ese compromiso hace un
año, pero la ceremonia supone un avance de importancia en los
trámites para su aplicación, porque por parte de la UE solamente queda
ya el voto del Parlamento Europeo (PE).
El convenio fue
rubricado en un acto paralelo a una reunión del Consejo de Asociación
entre los ministros de Asuntos Exteriores de la UE y el Gobierno de
Marruecos.
Tanto el ministro belga de Asuntos Exteriores,
Steven Vanackere -en nombre de la presidencia de la UE-, como el
titular del ramo marroquí, Taib Fassi-Fihri, subrayaron, en rueda de
prensa, la importancia del pacto para avanzar en las relaciones
comerciales mutuas.
La tramitación del texto del acuerdo dentro
del Consejo (institución que representa a los países) se ha hecho con
rapidez, en reuniones de embajadores y grupos técnicos, sin debates
políticos con la presencia de ministros.
Entre las novedades
del convenio, destaca el aumento de los cupos de tomate que el país
norteafricano vende a los países comunitarios con arancel bajo y que
ahora está en 233.000 toneladas anuales, de manera que llegarán a
285.000 toneladas, en cinco campañas. También ofrece cesiones a las importaciones de otras frutas y verduras marroquíes.
Para los europeos, el pacto es ventajoso sobre todo para sus envíos de
productos transformados, como conservas, lácteos y cereales destinados
a Marruecos.
Pero el arreglo preocupa especialmente a los
productores de zonas como Almería, Murcia, Canarias o la Comunidad
Valenciana, quienes temen la competencia desleal por el posible repunte
de envíos marroquíes a bajo precio, que coinciden con las frutas y
verduras españolas en el calendario de comercialización.
La
ministra del Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, se
comprometió a actuar en favor de los productores españoles, en el caso
de que el acuerdo agrícola entre la UE y Marruecos entre en vigor, por
lo menos en la próxima temporada, en el segundo semestre de 2011.
Aguilar citó como ejemplo un plan preparado por su departamento para la
modernización de invernaderos, que tendrá un presupuesto de 200
millones de euros, entre la aportación del Gobierno y de las
comunidades autónomas.
Las organizaciones españolas de
productores y exportadores hortofrutícolas lamentaron la ratificación
del acuerdo y expresaron que su esperanza es que el PE detenga su
aprobación definitiva.
De momento, el único indicio de que la
Eurocámara pueda atrasar su voto está en la petición de un informe
vinculado al Sahara occidental.
El ponente parlamentario del
convenio, el francés José Bové (Los Verdes) ha solicitado que los
servicios jurídicos del PE se pronuncien sobre si es legal o no por
incluir los territorios y los productos saharauis.
Pero incluso
entre los grupos políticos hay discrepancias sobre si debe mezclarse el
conflicto del Sahara y el pacto agrícola, pese a que los
europarlamentarios españoles tratan de mostrar sus críticas al nuevo
acuerdo.
Medios para evitar pérdidas
El comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, trató de
tranquilizar a los productores españoles y aseguró que existen "medios"
para evitar que el nuevo acuerdo agrícola entre la UE y Marruecos
provoque pérdidas para el sector hortofrutícola comunitario.
"Existen los
instrumentos necesarios para ello", añadió Ciolos, quien advirtió de
que, no obstante, corresponde a las autoridades de los países
comunitarios aplicar las medidas de "protección" y asegurarse en las
aduanas de que Marruecos respeta el acuerdo: "No todo le toca a
Bruselas".
Ciolos comentó que Ajenouch mostró su
"inquietud" y dijo que el arreglo "protege demasiado a los agricultores
europeos", por mantener los precios de entrada que gravan las
importaciones de tomate y otros productos hortofrutícolas marroquíes.
El comisario apuntó, en este sentido, que no solamente hay
preocupaciones entre el sector español, sino también por parte de Rabat.
Además, aludió a que el pacto fue acordado hace un año por los
representantes de la Comisión Europea (CE) y de Rabat, antes de que él
tomara posesión de su cargo como comisario.