Las semillas germinadas en forma de brotes que dieron positivo fueron halladas en la región de Bonn, al oeste del país.
Las autoridades sanitarias del estado
federado Renania del Norte-Westfalia (oeste de país) informaron de
que se ha confirmado la presencia directa de la variante O104 de la
letal bacteria "E.coli" en semillas germinadas procedentes de una
granja ecológica del "Land" de Baja Sajonia.
Las semillas
germinadas en forma de brotes que dieron positivo fueron halladas en la
región de Bonn, al oeste del país, en la basura de una familia, dos de
cuyos miembros enfermaron tras ingerir esos vegetales.
Los
brotes vegetales encontrados en la región de Bonn proceden de una
granja de cultivo biológico de la localidad de Bienenbüttel, en el
distrito de Uelzen y el estado de la Baja Sajonia, en la que varias de
sus empleadas contrajeron la enfermedad hace varias semanas y que
suministró sus productos a varios restaurantes entre cuyos clientes se
registró un elevado número de enfermos.
Las autoridades
sanitarias alemanas levantaron este viernes la alerta sobre pepinos,
lechugas y tomates crudos, pero mantuvieron la recomendación de no
consumir semillas germinadas por considerar que son el origen de la
grave infección.
En las últimas horas, la cifra de muertos en
Alemania ascendió a 32, tras fallecer este viernes tres personas más de
los estados de Baja Sajonia, Schleswig Holstein y Hamburgo, además de
otro caso mortal en Suecia.
Las sospechas sobre tomates,
pepinos y lechugas desaparecieron al informar los expertos del
Instituto Robert Koch que, con toda probabilidad, el foco de la
infección son las semillas germinadas de una granja ecológica de Baja
Sajonia.
Hasta ahora, sin embargo, ninguno de los análisis sobre estos vegetales había dado positivo.
Desde que el Instituto Robert Koch detectó el primer caso, el 1 de
mayo, ha habido un total de 2.800 ingresados en Alemania por la
infección, de los cuales 722 desarrollaron el peligroso síndrome
urémico hemolítico (SUH).
"Con gran probabilidad, las semillas
fueron la causa de la infección", afirmó Reinhard Burger, director
del Instituto Robert Koch, que centraliza las investigaciones de
patologías infecciosas, al levantar la recomendación de no comer
hortalizas.
"Los ciudadanos pueden volver a comer sin miedo
pepinos, tomates y lechugas desde ahora mismo, siempre que guarden las
debidas medidas de higiene", recalcó la ministra de Agricultura, Ilse
Aigner, en una comparecencia ante los medios en el Parlamento,
inmediatamente después de la conferencia de prensa de los expertos.
Desde el 25 de mayo, cuando el Instituto Robert Koch recomendó no comer
estas verduras crudas, tales hortalizas habían quedado prácticamente
proscritas de muchos supermercados del norte del país.
Un día
después de lanzarse la alerta general, las autoridades de Hamburgo
-epicentro de las infecciones- concentraron las sospechas en los
pepinos españoles, tras detectarse una partida potencialmente infectada
de una peligrosa y desconocida cepa de la bacteria.
La alarma
sobre los productos españoles se levantó días después, pero persistió
la recomendación de no consumir pepinos, lechugas ni tomates crudos
fuera cual fuera su procedencia, lo que derivó en daños
multimillonarios en el sector agrícola, español y alemán, en primera
línea, pero también del resto de Europa.