El hallazgo de trigo genéticamente modificado en una granja de Oregón (EEUU) ha provocado que Japón y Corea suspendieran las compras de dicho cereal
El escándalo por los transgénicos se ha instalado de nuevo en los mercados de cereales, tras detectarse una variedad de trigo no autorizada en EEUU -primer exportador mundial- pero se puede decir que de momento el revuelo no tiene impacto práctico para el agricultor español.
El hallazgo de trigo genéticamente modificado en una granja de Oregón (EEUU) ha provocado que Japón y Corea suspendieran las compras de dicho cereal y ha movido a la Comisión Europea a pedir a los países comunitarios que extremen los controles para verificar si ese producto ha llegado a territorio comunitario. Se trata de una variedad que probó la multinacional Monsanto y que no llegó a aprobar el Departamento estadounidense de Agricultura, quien insiste en que no hay Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en sus exportaciones de trigo.
Pero Japón, el segundo importador estadounidense de ese cereal después de México, canceló de inmediato, tras saltar la noticia, sus compras de trigo blanco, al igual que Corea del Sur. Asia, que consume cada año unos 40 millones de toneladas de trigo, un tercio de la ingesta mundial, es un cliente importante de de EEUU.
A largo plazo, la alarma por el transgénico podría influir en las ventas exteriores de EEUU y más en un año en que se esperan cosechas muy abundantes.
Pero para el sector español este escándalo no tiene implicaciones prácticas, ya que si bien España es fuerte importador de cereales, en el caso del trigo se abastece de envíos de otros orígenes europeos, como Rusia y Ucrania, según han explicado a Efeagro fuentes del comercio. Caso contrario sería si se alteraran las ventas de maíz o de soja, pues en estos productos España sí compra mucho a EEUU. Además, el incidente en Oregón consiste en "errores" no en exportaciones deliberadas de trigo transgénico, según la misma fuente.
Entre tanto, los precios continúan a la baja, ante las previsiones de cosecha y la presión por vaciar los almacenes de existencias. En el comercio al por mayor de granos en España, la cebada ha liderado la caída, con un retroceso del 6,15 %, hasta 224,28 euros/tonelada, según la patronal de comerciantes Accoe. El trigo duro se depreció un 2,39 %, hasta 252,80 euros por tonelada, mientras que la cebada tipo malta lo hizo en un 3,25 %, hasta 247,83 euros por tonelada. El trigo blando cayó un 4,73 %, hasta 241,44 euros/tonelada, mientras que en el maíz disminuyó un 0,53 % hasta 235,03 euros/tonelada.
Pero en la Lonja de Cereales de Barcelona, el maíz de importación de orígenes no comunitarios ha subido hasta los 238 euros/tonelada (+10 euros, un 4,38 %) en la última semana y el maíz importado de la Unión Europea ha experimentado un repunte del 2,5 % hasta los 242 euros/tonelada, según los datos difundidos este martes. En la lonja barcelonesa, la alfalfa (190 euros/tonelada) y el trigo (250 euros/tonelada) y la colza (330 euros/tonelada) se han mantenido estables. La cebada nacional ha bajado a 228 euros/tonelada (4 euros menos que la semana anterior) y el centeno a 205 euros/tonelada (5 euros menos).
El Consejo Internacional de Cereales (CIC) ha confirmado, en su último informe que la producción mundial de cereales podría aumentar un 7 %, hasta los 1.900 millones de toneladas en la campaña 2013-2014, mientras que el consumo se incrementaría un 4 %.
Esto implicaría, según ese organismo, unas existencias al cierre de campaña de 367 millones de toneladas, con un crecimiento de 33 millones, sobre todo por la recuperación de maíz (27 millones), mientras que el remanente de trigo solo subirá en 2 millones, porque la oferta se verá absorbida por una mayor demanda.
El CIC ha hablado también de "especulación" en el comercio de maíz y de soja ante la incertidumbre por el tiempo excesivamente húmedo en EEUU, si bien las expectativas de cosecha siguen siendo altas.
La reducida oferta de soja de la anterior campaña también ha provocado un repunte de los precios FOB (sin incluir valor de seguros ni fletes), intensificada por el retraso de los envíos de Sudamérica.
