España pasó en un solo año de 67.700 hectáreas a 97.300 hectáreas de cultivos de maíz transgénico.
El cultivo de Organismos Genéticamente
Modificados (OGM) registró un importante crecimiento en España en 2011,
mientras que retrocedió en la mayoría de los países europeos, según
informó la organización ecologista Amigos de la Tierra.
En
2011 se autorizó el cultivo en la UE de dos tipos de transgénicos: el
maíz MON810 de la multinacional Monsanto y la patata Amflora, de la
química alemana BASF.
España pasó en un solo año de 67.700
hectáreas a 97.300 hectáreas de cultivos de maíz transgénico, después de
tres años consecutivos de reducción de la superficie dedicada a ese
objetivo.
Otros países donde aumentaron esos cultivos, aunque
en menor medida que en España, fueron Portugal (donde se pasó de 4.800 a
7.700 hectáreas) y la República Checa (de 4.800 a 5.000).
El
crecimiento contrasta con la situación en Estados miembros como
Alemania, donde desde 2009 no se cultiva maíz transgénico, o Rumanía o
Eslovaquia, que en un año han registrado una reducción considerable,
según el informe.
Por otra parte, el cultivo de la patata
Amflora, resistente a los antibióticos, cayó drásticamente en los dos
países donde estaba presente (Suecia y Alemania)
Según el
informe, en toda la UE la industria biotecnológica destina a la siembra
de transgénicos un total de 110.000 hectáreas.
El crecimiento en 2011 de ese tipo de cultivos fue del 0,1 %, frente al 4 % que experimentó la agricultura orgánica.
Según Amigos de la Tierra, en los últimos cinco años la preocupación
de los europeos por el impacto de los transgénicos ha crecido un 66 %.
Por su parte, Greenpeace explicó que la caída del cultivo de OGM en
Europa se debe a la gran oposición de los ciudadanos y a la preocupación
por su impacto ambiental.
Greenpeace culpó a España del "ligero crecimiento" registrado en el cultivo de los transgénicos en Europa el pasado año.
Los datos de los ecologistas se dieron a conocer coincidiendo con la
publicación de las estimaciones anuales de la siembra de transgénicos
por parte del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones
Agrobiotecnológicas (Isaaa, por sus siglas en inglés).
El documento, según Greenpeace, confirma el fracaso comercial de los transgénicos en Europa.
El pasado enero la multinacional BASF anunció sus planes de dejar de
desarrollar y comercializar transgénicos en la UE, debido al rechazo de
la opinión pública, los agricultores y muchos gobiernos.
Monsanto anunció ese mismo mes, por su parte, que ya no venderá su maíz
en Francia, debido a la inexistencia en el país de "condiciones
favorables" a esa comercialización.
El único cultivo que
seguirá adelante en 2012 en Europa será el maíz MON810, prohibido en
siete países (Francia, Alemania, Austria, Grecia, Hungría, Luxemburgo y
Bulgaria).