Las Organizaciones defienden que el sistema de derechos de plantación ha favorecido un sistema "puntero en el mundo" y cotas "altísimas de calidad".
Las principales organizaciones
representativas del sector productor de vino han remitido una carta al
ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, para transmitirle su
preocupación por la posible liberalización de los derechos de plantación
de viñedo en la Unión Europea (UE).
Cooperativas
Agro-alimentarias, Asaja, COAG, UPA, y la Conferencia Española de
Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV) defienden que el sistema de
derechos de plantación ha favorecido un sistema "puntero en el mundo" y
cotas "altísimas de calidad" y suprimirlos acabaría con el modelo de
producción europeo "como lo conocemos", han esgrimido en un comunicado
conjunto.
El sector ha pedido a Arias Cañete que muestre "un
posicionamiento rotundo e inequívoco" a favor de la continuidad del
actual régimen de derechos de plantación para todo el viñedo más allá de
2015 en el marco de la propuesta legislativa de la Organización Común
de Mercado (OCM) incluida en la revisión de la Política Agraria Común
(PAC), cuyo debate está en pleno desarrollo.
"El régimen de
derechos de plantación ha demostrado su eficacia en términos productivos
y cualitativos frente a la fuerte competencia de los vinos de países
terceros y más aún, representa una medida sin coste financiero para la
Unión Europea (UE)", han resaltado en la carta al Ministerio.
Este sistema ha supuesto "un factor clave" en la fijación de la
población rural, en el equilibrio entre oferta y demanda de vino y en la
optimización de las condiciones productivas de las zonas tradicionales
de cultivo, especialmente en las regiones de más difícil cultivo y en
las amparadas por indicaciones de calidad, según han subrayado.
La eliminación del sistema de derechos tendría, a juicio de las
organizaciones firmantes, "consecuencias nefastas e irremediables".
En su opinión, se produciría un inmediato descenso en los precios de
las uvas y los vinos, lo que unido al incremento de los costes de
producción que soportan los agricultores, "haría peligrar a las
explotaciones vitivinícolas españolas".