Los científicos han logrado extraer los genes maternos de la envoltura de varias semillas de albaricoque conservadas a temperatura ambiente.
Científicos del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) han recuperado el ADN de variedades
de albaricoquero que se cultivaban hace más de medio siglo.
La
nueva técnica sirve para obtener "la huella dactilar" de variedades de
plantas antiguas y ver en qué lugares se han cultivado.
"Tras
obtener el patrón genético de estas variedades antiguas y compararlo
con el de las variedades conservadas actualmente, hemos visto qué
material y qué zonas de cultivo hay que priorizar para llevar a cabo
una recuperación", asegura el investigador del Instituto de
Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (CSIC) Iñaki
Hormaza.
El científico, uno de los autores del artículo que
aparece publicado en el último número de la revista PLoS One, destaca
la importancia de este trabajo, ya que se podrá aplicar este método a
otras especies "en las que probablemente las semillas duerman en algún
sótano".
Los investigadores han logrado extraer los genes
maternos de varias semillas de albaricoque recogidas en los años 50 y
60, que llevaban más de medio siglo en un sótano de la Estación
Experimental de Aula Dei del CSIC, sin que nadie supiese el tesoro que
escondían.
El CSIC explica que procedían de
un amplio trabajo de cartografía de frutales de hueso y pepita
recogidos en la Península Ibérica durante esas décadas por el
investigador Joaquín Herrero y sus colaboradores.
Los
científicos han logrado extraer los genes maternos de la envoltura de
varias semillas de albaricoque conservadas a temperatura ambiente y
tras comparar este material genético con las variedades vivas de los
bancos de germoplasma, han podido averiguar cuáles de las que existían
entonces ya se han perdido.
"Teníamos los huesos, pero para
poder saber cómo era la planta que produjo ese fruto hace 60 años
teníamos que encontrar material genético idéntico al de la madre. Ese
ADN lo encontramos finalmente en la cubierta de las semillas, esa piel
marrón que recubre las almendras", detalla el investigador.