La Asociación Española de Apicultores (AEA) pide que se amplíen los tratamientos contra "varroa" -un ácaro que provoca enfermedades en esta especie- y, además, reitera su exigencia de un etiquetado claro para las mieles, que indique el país de origen o procedencia del alimento.
Según ha recordado en una nota, AEA ha solicitado recientemente al Congreso de los Diputados que "se legisle para que sea posible importar productos veterinarios autorizados en otros países, al igual que se puede importar la miel tratada con esos productos", sin obtener respuesta ante el momento de los grupos parlamentarios.
Actualmente los apicultores españoles "no podemos usar tratamientos utilizados en otros países", ha asegurado la AEA, tras advertir que ya hay muchos profesionales que detectan poblaciones de ácaros resistentes a los productos autorizados en España.
En este sentido, "solicitamos a la administración que nos permita utilizar posibles herramientas que estén usando en otros países para combatir la varroa y cuya miel esté entrando en nuestro país".
Como ejemplo, han indicado que, desde la Cooperativa Apicola Pampero de Argentina, ya están probando "tiras de ácido oxálico de liberación lenta y ya enumeran sus ventajas". Entre sus beneficios, no se requiere que las abejas lo consuman -no se intoxican, por tanto-, se precisan menos aplicaciones, no genera resistencia y tiene bajo coste de producción, han añadido.
Por otra parte, han denunciado en la nota que la legislación actual no obliga a indicar en los envases la procedencia de las mieles y, con frecuencia, sólo aparece en letra muy pequeña la indicación "mezcla de mieles originarias y no originarias de la CE", con el consiguiente perjuicio para apicultores y para el consumidor. "El consumidor no sabe qué porcentaje de miel es de cada región y no se le da opción a elegir, por lo que se puede dar el caso de que el 1 % sea de España y el 99 % de fuera de la CE", han recalcado.
Asimismo, han afirmado que, para mezclar dichas mieles de distinta calidad utilizan el "sobrecalentamiento" para homogeneizarlas, lo que provoca que se pierda gran parte de las propiedades terapéuticas y curativas del producto. En su opinión, "a los consumidores hay que informarles; no se puede exigir una trazabilidad y burocracia a los apicultores españoles, mientras que la miel China entra sin apenas control por los puertos españoles y ni siquiera se indica (en las etiquetas) de qué países son las mieles que hay en nuestros comercios".